Tánger, la entrada a África

«El puerto marroquí vecino de España»

Tánger es un puerto marroquí en el estrecho de Gibraltar. Ha tenido una importancia estratégica entre África y Europa desde la época de los fenicios. 

No es excesivamente turística, pero en nuestra opinión, merece la pena conocerla. Como toda ciudad marroquí, posee ese encanto especial y distinto, tan particular de este país. En sus costas, donde convergen las aguas del Mediterráneo y del Atlántico, descubriréis una auténtica ciudad acunada por diversas influencias. Este lugar constituye la entrada a África para muchos viajeros. Los cruceros suelen atracar allí en su camino del Atlántico al Mediterráneo. Existen vuelos regulares desde España y en general muchos deciden viajar a Tánger aprovechando lo fácil que es coger un ferry rápido hasta el puerto de esta ciudad. 

Marruecos es un país lleno de tesoros escondidos y, desde luego, la visita a Tánger no se queda detrás de otras muchas que se pueden hacer en este apasionante destino. 

¿Qué ver en Tánger?

La mayoría de los viajeros comienzan su viaje por la zona norte de África en Tánger. Están allí solo la primera noche y ya continúan con su itinerario. Ese fue nuestro caso también, aunque nosotras si que le dedicamos algunas horas a esta ciudad y, hay que decir, que superó nuestras expectativas. Por eso recomendamos que al menos estéis un día en Tánger, con una o dos noches. En los siguientes apartados incluimos aquellos puntos que no os deberíais perder. 

La Kasbah

Es sin duda uno de los lugares de visita obligada en Tánger. Está situada en la parte alta de la Medina. Es decir, para visitarla tendréis que ir en primer lugar a la Medina, un micromundo lleno de vitalidad, y luego dirigiros por sus calles empinadas hasta la parte más histórica. La antigua alcazaba tiene su origen en torno al siglo X y, aunque se ha ido modificando, tampoco lo ha hecho tanto como para no poder remontarse con la imaginación a aquellos tiempos.

Os recomendamos que dediquéis un tiempo a perderos por la Kasbah, paseando por sus caminos serpenteantes que conducen de una zona a otra. 

Muralla de Tánger

El Museo de la Kasbah es un punto imprescindible en esta zona. Ocupa un antiguo edificio público de la localidad, el Dar el-Makhzen o Casa de la Gobernación. Se trata del palacio del sultán, que también fue sede judicial, cárcel y una de las construcciones más valiosas de la ciudad. Fue erigido por el pachá Ahmed Ben Ali Rifi y morada de los sultanes Moulay Slimane, Moulay Hassan y Moulay Hafid. En la actualidad, sus salas acogen una extensa muestra de artesaníaarmas y joyas. ¡Aquí os dejamos algunas fotos!. 

La Medina y sus zocos

La Medina, un lugar de la ciudad donde la gente vive y trabaja, es otro de los puntos que no os podéis perder en Tánger. En sus sinuosos y tortuosos callejones podréis encontrar casi todo, desde artesanía marroquí hasta importaciones de todo el mundo. Restaurantes, cafés, panaderías y tiendas de recuerdos son las otras atracciones de esta parte de la ciudad. Hay gran cantidad de gente por todos lados…así que debéis tener cuidado con los estafadores que también andan por la zona. Aquí os dejamos algunas fotos de la Medina. 

La Gran Mezquita

La historia de la Gran Mezquita de Tánger se remonta unos cuantos siglos atrás. A pesar de que la construcción tal cual la vemos proviene del siglo XIX, su ubicación ya era un espacio religioso privilegiado desde el siglo V, cuando se erigió allí una iglesia romana. Tres siglos después de su construcción, con la conquista árabe de Tánger, la familia Marinid mandó adaptar el edificio como mezquita, y ese fue su uso hasta el siglo XV.

Llegó la etapa de dominio portugués e inglés y la mezquita fue reemplazada por una iglesia. Sin embargo, ahí no terminó su periplo, ya que en 1684 Moulay Ismail reconquistó la ciudad para la dinastía Alawi que la recuperó como mezquita. El cambio definitivo se produjo en 1815 cuando el sultán Sulayman decide reconstruirla y darle el magnífico aspecto que ofrece hoy día, ampliado y restaurado posteriormente en 1962 y 2001. Lo único que deja un poco sabor agridulce es que antes era el centro de la ciudad pero cuando los franceses construyeron la Nouvelle Ville, ese punto se reubicó lejos de ella. 

Por desgracia, no está permitida la visita a la Gran Mezquita de Tánger a quienes no sean musulmanes. 

La Gran Mezquita de Tánger

Place du 9 Avril 1947 (Gran Zoco)

También llamada Gran Zoco, la plaza 9 de abril 1947 está situada justo a la entrada de la Medina de Tánger y es un punto de encuentro tanto para la gente local como para los muchos turistas que la visitan cada año.

La Place du 9 Avril 1947 es la plaza más conocida de Tánger y en sus alrededores podréis encontrar restaurantes donde acuden principalmente la gente de Tánger, tiendas, un antiguo cine, el cinema Rif, que fue muy importante y famoso en su época y la Mezquita Sidi Bouabid o Mezquita Roja, la cual no se puede visitar por dentro.

El Gran Zoco es la romántica entrada a la Medina, una gran plaza inclinada y anillada en palmeras con una fuente central que se encuentra delante de la puerta de la cerradura, Bab Fass. El círculo empedrado de la Medina, que en su día fue un gran mercado, es ahora el final de la línea de taxis, el punto en el que las calles modernas se estrechan hacia el pasado.

La plaza 9 de abril 1947 (Gran Zoco)

Galería de Arte de la Medina

Para los amantes del arte recomendamos una visita a la Galería de Arte de Medina, una de las galerías de arte moderno más famosas de Tánger. Esta galería abrió sus puertas en 1999 y ha albergado obras de artistas tan famosos como Antonio Fuentes y Omar MahFoudi. ¡Un gran lugar para visitar si os gusta el arte!.

Iglesia de San Andrés

La Iglesia de San Andrés, una de las más encantadoras rarezas de Tánger, es una hermosa iglesia anglicana construida en un terreno que fue donado a la comunidad británica en 1880 por Hassan I de Marruecos. La iglesia, terminada en 1890 y consagrada en 1905, tiene un estilo arquitectónico morisco, el interior está decorado en estilo alto fassi y detrás del altar hay un área tallada con citas del Corán, que muestra la dirección de la Meca. No dejéis de visitar el cementerio donde se encuentran las tumbas de varios personajes históricos, banqueros, militares y el escritor británico Walter Harris.

Iglesia de San Andrés

Puerto de Tánger

Si tenéis tiempo, el Puerto de Tánger puede ser una visita interesante para ver a los pescadores locales trabajando en sus menesteres. No es un puerto turístico y quizás ese es uno de sus mayores encantos. A los pescadores no les gusta que se tomen fotografías mientras trabajan, ¡es importante no olvidarlo!. 

Puerto de Tánger

La playa de Tánger

Por supuesto la playa de Tánger es otro de los lugares que no os podéis perder. Se extiende a lo largo de unos pocos kilómetros y es bastante tranquila. ¡Muy recomendable para hacer una parada y descansar en vuestro recorrido por la ciudad!. 

Playa de Tánger

Visitas cercanas

Aunque nosotras no tuvimos tiempo de conocer otros puntos, en los alrededores de Tánger existen lugares muy recomendables que también merece la pena visitar. Son los siguientes. 

Cap Spartel y las Cuevas de Hércules

Uno de los puntos más populares en las afueras de Tánger es el hermoso Cap Spartel y las Cuevas de Hércules, un lugar imprescindible para relajarse y disfrutar de las vistas del estrecho. A tan sólo 14 kilómetros/9 millas de Tánger, el Cap Spartel se encuentra en la entrada del Estrecho de Gibraltar, a unos 1000 pies/300 metros sobre el nivel del mar.

Las Cuevas de Hércules se localizan debajo del cabo y tienen una hermosa historia llena de intrigas. En un momento dado, las cuevas fueron minadas, lo que las expandió más allá de su tamaño original. Hay indicios de que fueron ocupadas en el Neolítico y, según la mitología, el dios romano Hércules durmió aquí una vez. Independientemente de lo que creáis, ¡por su belleza merece la pena verlas!.

Cap Spartel

Cabo Malabata

El Cabo Malabata es un hermoso cabo situado a unos 10 kilómetros/6 millas al este de Tánger desde el que, además de las increíbles vistas del Estrecho de Gibraltar, podréis disfrutar de su encantador faro. También hay un castillo de estilo medieval que fue construido a principios del siglo XX. Si os gustan los faros y las vistas impresionantes con un gran potencial para tomar fotografías espectaculares, entonces una visita al Cabo Malabata es algo que sin duda tenéis que hacer durante vuestra estancia en Tánger.

¿Dónde comer en Tánger?

Como ya hemos comentado, nosotras estuvimos menos de un día en Tánger por lo que tampoco pudimos conocer muchos sitios para comer. Sin embargo, estuvimos en uno que nos gustó bastante, es el Mamounia Palace. Veréis que en las opiniones de Trip Advisor hay todo tipo de comentarios, nosotras no guardamos mal recuerdo. También es cierto que fuimos un día que no había mucha gente, por lo que pudimos comer con toda tranquilidad. 

Además, para tomar un café os recomendamos el Café Hafa, en la parte alta de la Kasbah. Desde él, con sus diferentes filas de terrazas, disfrutaréis de unas impresionantes vistas del mar azul con los muchos barcos que navegan de Marruecos a España. 

Conocido por su delicioso té de menta, este Café es aún más famoso por ser un lugar donde han pasado tiempo muchos cantantes y escritores de principios del siglo XX. Entre ellos, por ejemplo, podemos citar tanto a los Beatles, los Rolling Stones y el escritor William S. Burroughs (entre muchos otros), que han sido clientes de este establecimiento. Aunque el Café Hafa sirve comida decente (por supuesto), los visitantes vienen sobre todo por la historia y el ambiente. Desde la decoración de estilo de los años 20 hasta las vistas impresionantes y la sensación general de asombro al saber quién más ha comido allí, el Café Hafa es una parada turística muy popular. Es preferible llegar pronto si queréis encontrar un lugar para sentaros.

Transporte en Tánger

Como siempre decimos, recomendamos caminar a pie por las ciudades para conocerlas en su profundidad y Tánger no es una excepción. Es muy cómoda para pasear y de esta manera percibiréis su ambiente en cada rincón. Existe también un bus turístico para conocer las atracciones principales. Es otra opción aunque, como os decimos, recomendamos mejor que caminéis para entender de primera mano la esencia de esta ciudad. 

Para llegar a Tánger, lo mejor es en avión. El Aeropuerto Internacional de Tánger es el Ibn Battuta, un aeropuerto operado por la agencia aeroportuaria marroquí ONDA (Office National Des Aéroports). Se ubica en la localidad de Buhalal, un suburbio situado 11 kilómetros al sureste de Tánger. Es el aeropuerto que soporta la cuarta parte del tráfico aéreo de Marruecos. Existen vuelos directos regulares desde distintos puntos de España. 

La mejor opción para ir del aeropuerto al centro de la ciudad es en taxi. Se tarda aproximadamente unos 20 minutos y cuesta entre 15 € y 10 €. No hay autobuses que lleven al centro.

También es posible llegar a Tánger en ferry desde Gibraltar. 

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«Un fin de año distinto»

Marruecos cuenta con ciudades increíbles, sin embargo, en cualquier viaje que se tercie por este impresionante país no debería faltar una ruta por sus magníficos paisajes. Nosotras lo teníamos claro para el viaje que hicimos en las Navidades de 2017. Queríamos pasar la Nochevieja en el desierto…esa experiencia la teníamos en mente desde hacía tiempo. Despedir el año de una forma diferente y exótica es una cosa que nos atraía. Así que planeando la escapada contactamos con la agencia local Tour por Marruecos para definir un poco las fechas y lo que nos apetecía ver.

Alicia y Kada en seguida nos ofrecieron un itinerario que se ajustaba a lo que andábamos buscando. Con salida desde Marrakech, estaríamos 4 días en 4×4 admirando desde las históricas kasbahs hasta los imponentes paisajes y dunas del desierto, todo ello con el Atlas de fondo. Así que no dudamos y lo contratamos. La experiencia con esta agencia fue fantástica y repetiríamos sin duda….¡muy muy recomendable!.

Ruta por Marruecos

A continuación os comentamos lo que vimos cada día y cómo fue la ruta de nuestro tour por Marruecos. Tenemos muchas fotos de todo el recorrido…¡nos costó seleccionarlas!:).

Día 1: de Marrakech a Ait Ben Haddou

El 29 de Diciembre nos recogió en nuestro Riad de Marrakech el conductor y guía que nos acompañaría en el recorrido. Con él fuimos a buscar al resto del grupo. El viaje lo íbamos a hacer 6 personas. Aprovechamos desde aquí para mandar un abrazo a Ricardo, Ana, Diego y Catalina, con los que pasamos muy buenos ratos en aquellos días:).

Tras estar ya todo el grupo junto, comenzamos nuestro tour por Marruecos. La primera noche la pasaríamos en Ait Ben Haddou, así que la idea era parar en distintos puntos hasta llegar allí. El paisaje en esta primera parte del trayecto todavía era algo verde y con aspecto mediterráneo. Tras hora y pico de camino, hicimos parada en el café Tizi Ait Barka para estirar las piernas.

Tras esta parada continuamos. Hicimos otras un poco más adelante, la verdad es que el paisaje era precioso, con tonos rojizos y bastante vegetación. Hacía un sol radiante y la temperatura era perfecta. Se notaba ya la altitud, estábamos en plena zona del Atlas.

De esta manera llegamos a Tizi n’Tichka, o alto de Tichka, el paso de carreteras más alto del Norte de África, con 2260 metros de altura. Además de contemplar los bellos paisajes, también paramos a hacer algunas compras de productos de Argan, elaborados con el aceite del mismo nombre y muy famosos en Marruecos. Nos dieron una magnífica explicación de cómo se elaboran las distintas esencias, cosméticos y jabones.

Nuestra siguiente parada fue para visitar una Kasbah. Las Kasbah son espacios fortificados de origen bereber. Era un lugar donde las personas se protegían contra ataques e intrusos, pero también donde podían protegerse de las tormentas de arena o del exceso de frío que pudiera matar al ganado. Hoy en día constituyen un lugar de visita obligada en cualquier tour por Marruecos que se tercie.

Las fortalezas de este tipo son conjuntos arquitectónicos construidos de adobe y barro, coronados por torres que sirven de defensa, en lo que podría considerarse el equivalente a los castillos medievales. Estas Kasbahs fueron antiguamente grandes pueblos bereberes en el desierto de Marruecos, amurallados y diseñados con el objetivo de defender las casas, las cosechas y los palmerales que crecen junto a sus cauces. Estos pueblos formaban grandes comunidades agrarias y mercantiles con una visión muy particular sobre el Islam.

Es muy famosa la «Ruta de las Mil Kasbahs», desde la cordillera del Atlas hasta el desierto del Sáhara marroquí. En nuestro tour veríamos algunas de dicha ruta. La Kasbah que visitamos en aquel primer día fue la Kasbah de Telouet. 

Kasbah de Telouet

Tras cruzar el Atlas por Tizi-n-Tichka salimos de la carretera N9 para ir por un camino de tierra hasta el pueblo de Telouet.

La Kasbah de Telouet está a 1650 metros de altitud. Se encuentra situada a 136 km de Marrakech y a 107 km de Ouarzazate. Esta kasbah es muy popular entre los marroquíes y no tanto entre los turistas, ya que está un poco alejada de la denominada «Ruta de las Mil Kasbahs». De todas formas el guía nos informó de que es una de las más bonitas.

Este lugar era uno de los pasos del Atlas en la ruta de caravanas entre el valle del Drâa y el África subsahariana. El pueblo ha estado habitado desde la antigüedad. Hasta hace relativamente poco, mitad del siglo XX, era una de las paradas de las caravanas entre Marrakech y Ouarzazate y viceversa.

Esta Kasbah es conocida tanto por el nombre del lugar como por el último señor feudal que vivió allí junto a su familia, el Thami El Glaoui, también llamado «El Señor del Atlas». Gobernó en El Atlas con mano de hierro, e hizo tantos enemigos como fortuna. Sus intrigas familiares y palaciegas hicieron derrocar a dos sultanes que llevaron a la quiebra a Marruecos, Moulay Abdelaziz y Moulay Hafid. Dejaron el país en la miseria y en el más absoluto caos, lo que facilitó la llegada del protectorado francés.

Aquí os dejamos algunas fotos de la Kasbah, ¡espectacular!.

Comida y fin del día

Tras visitar la Kasbah de Telouet, nos dirigimos a comer a un lugar cercano, llamado Le Palace de Telouet. ¡Nos encantó la comida!. Increíble, un lugar acogedor y perfecto para después de la magnífica visita que habíamos hecho.

Al terminar, nos dirigimos al lugar donde pasaríamos la noche. Estaba ya cayendo el sol y los paisajes de nuestro alrededor ya eran muy desérticos. Los tonos ocres y marrones resaltaban con la luz, ofreciendo unos contrastes muy llamativos.

Nuestro alojamiento estaba ubicado en Ait Ben Haddou y se llamaba Hotel La Rose du Sable. El sitio estaba fenomenal. Allí cenamos con el grupo y nos dispusimos a descansar tras este primer día de nuestro tour por Marruecos.

Día 2: De Ait Ben Haddou a Dades

El segundo día nos levantamos temprano y, tras disfrutar del magnífico desayuno del hotel, nos dispusimos a visitar la Kasbah de Ait Ben Haddou. Es una de las más famosas de la zona y nunca falta en cualquier tour por Marruecos.

Kasbah de Ait Ben Haddou

Ait Ben Haddou, o Ait Benhaddou, como algunos escriben, es una kasbah espectacular, a modo de poblado de arcilla y piedra con edificios rodeados por grandes murallas. La cercanía de la Kasbah Ait Ben Haddou y Marrakech (unos 190 kilómetros de distancia) convierten a esta fortaleza en una excursión habitual por turistas procedentes de la «ciudad roja». Por todo ello, se trata de uno de los puntos más bellos del país y un lugar de visita obligada para quienes tengan previsto conocer el desierto de Marruecos y el sur del país norteafricano.

La verdad es que nos llamó mucho la atención. Escenario de rodaje de algunas películas, como «Juego de Tronos» y «Gladiador», la visita no tiene desperdicio. Muy turística, eso si. Aunque nos pareció más auténtica la del día anterior, no cabe duda que Ait Ben Haddou es un lugar que nadie se debe de perder. ¡Aquí os dejamos algunas fotos!:).

Ouarzazate

Tras visitar la Kasbah seguimos el camino y llegamos a Ouarzazate. Este nombre tiene su origen en una frase árabe que significa «sin ruido». Esta ciudad es conocida también como «El Hollywood de África». Alberga varios estudios de cine entre los que se encuentran unos de los más grandes del mundo, los Atlas Studios.

Aunque nosotros no la hicimos por falta de tiempo, la visita de los estudios Atlas es totalmente recomendable y supone un paseo a lo largo de la historia del cine. Películas como «La Joya del Nilo», «Asterix y Cleopatra» o «Los Diez Mandamientos» fueron rodadas en estos estudios.

Nuestra parada en Ouarzazate fue rápida ya que teníamos todavía bastante recorrido por delante.

En Ouarzazate

Vista de los «Atlas Studios»

Continuamos el camino hasta llegar a la Kasbah de Amridil, la siguiente que veríamos en el tour. 

Kasbah de Amridil

La Kasbah de Amridil se encuentra en el valle de Skoura y data del siglo XVII. Es una maravilla de edificación de barro que se halla bien restaurada, aunque no es posible hacer la visita a toda la Kasbah. El núcleo principal permanece cerrado al público, limitándose la visita a un anexo y a varios patios donde pueden verse numerosos objetos de la vida cotidiana.

Esta Kasbah se construyó por orden de la familia Nassiri y hoy en día sigue siendo la propietaria y la responsable del mantenimiento y su restauración.

Tras visitar la Kasbah comimos cerca, en el restaurante Almanadir. Está ubicado en la zona conocida como «El valle de las Rosas» (El Kelaa M’gouna). Una vez más, la comida estuvo fenomenal….¡y es que la gastronomía marroquí es otro de los puntos fuertes del viaje claro!.

Ya con las pilas recargadas, nos dirigimos al alojamiento que teníamos reservado para aquella noche, en la zona de Dades. Es el Riad des Vieilles Charrues. ¡Fue una estupenda elección!:). Recomendable 100%.

Día 3: De Dades a Erg Chebbi

A la mañana siguiente y, tras desayunar en el hotel, emprendimos el camino hacia Todra. ¡Hacía muchísimo frío!.

Las Gargantas del Todra

Situadas en el lado este de las montañas del Alto Atlas de Marruecos, las Gargantas del Todra son reconocidas mundialmente por ser uno de los cañones rocosos más espectaculares. Estas gargantas se encuentran a tan solo unos 25 kilómetros al norte de la ciudad de Tinghir. La carretera que conduce a las gargantas ofrece preciosos paisajes, como Assoul o Ighri así como una bella vista del majestuoso palmeral.

Los acantilados de la garganta cada año atraen a muchísimos escaladores que vienen a disfrutar de su pasión. Las Gargantas del Todra son un lugar que goza de gran reputación entre los escaladores, sobre todo europeos (españoles y franceses en su mayoría), aunque en la actualidad se haya convertido en una enorme escuela. También vienen muchos turistas a refrescarse y disfrutar de los bellos paisajes de la zona. Aquí os dejamos algunas fotos de la visita de Todra durante nuestro tour por Marruecos.

Maravillados con la visita a Todra, la siguiente parada fue en un sitio de souvenirs donde nos compramos unos pañuelos y nos los pusimos enrollados en la cabeza, como se llevan allí. ¡Fue divertido!:).

Después, continuamos el camino y paramos de nuevo cerca, donde había unos orificios en el suelo. ¡Ya no nos quitamos el pañuelo en todo el día!.

Comida en casa de nuestro guía

Tras esta parada llegó la hora de comer. Nuestro guía, que era encantador, nos comentó que nos invitaba a comer en su casa con su familia. Él era de un pueblo cercano, así que hacia allí nos dirigimos. ¡Fue una experiencia super bonita!. El degustar la gastronomía típica de un país en casa de un local es sin duda una de las mejores cosas que hay para adentrarse en una cultura. ¡Siempre recordaremos el cuscús que nos tomamos allí!. ¡Estaba impresionante!. Fue desde luego uno de los mejores momentos de nuestro tour por Marruecos.

La verdad es que pasamos muy buenos momentos en el grupo. Tras la comida, de hecho, paramos en un sitio de chilabas y trajes típicos. Nos vestimos y nos hicimos algunas fotos. ¡Aquí os las dejamos!:).

Llegada a Merzouga

Con la risa de este buen momento en el cuerpo, nos dirigimos ya hacia Erg Chebbi, donde pasaríamos la Nochevieja.

Erg Chebbi, el desierto de dunas más grande de Marruecos, se encuentra cerca de la localidad de Merzouga. Allí estaba el hotel de donde partiríamos en dromedario hasta el punto en el que pasaríamos la Nochevieja, en medio de las dunas. Al llegar al hotel nos comentaron que solo debíamos llevar lo imprescindible para pasar la noche, por lo que todo nuestro equipaje lo dejamos allí. Los dromedarios estaban ya preparados para ir a la zona donde estaba ubicado el campamento. Los tomamos y pusimos rumbo hacia las dunas de Erg Chebbi. El recorrido duró como una hora. No era la primera vez que montábamos en dromedario…¡ya lo habíamos hecho en Marrakech!:).

Nochevieja en el desierto

Cuando llegamos con los dromedarios, nos comentaron cuál era nuestro alojamiento en el campamento, el cual estaba formado jaimas, las tiendas de campaña que utilizan los nómadas árabes. Había bastantes turistas, de distintas nacionalidades. Ya más caída la noche hicieron una hoguera y un grupo local empezó a tocar con instrumentos tradicionales. La verdad que fue una experiencia muy curiosa, el ver a tantas personas juntas, que se acababan de conocer, cantando y bailando, celebrando la llegada del nuevo año. Hacía muchísimo frío…¡eso si!:).

Tras terminar la fiesta nos fuimos a dormir. En nuestra jaima solo estábamos nosotros 6. Pasamos muuuuucho frío…¡pero aún así mereció totalmente la pena!. ¡Nunca olvidaremos la llegada del 2018!:).

Día 4: De Erg Chebbi a Marrakech

El 1 de Enero nos levantamos para ver el amanecer. En fin, os podéis imaginar…la estampa era preciosa. Los colores rojizos y azules empezaban a asomar en el horizonte. Hemos visto la salida del sol en distintas partes del mundo y siempre es un momento que disfrutamos mucho.

 

Cogimos de nuevo los dromedarios y volvimos al hotel, donde pudimos disfrutar de un estupendo desayuno. Al terminar, nuestro guía vino a buscarnos de nuevo para emprender el último día del tour por Marruecos. Era la jornada que más kms íbamos a hacer, ya que debíamos volver a Marrakech y estábamos bastante lejos.

Pasamos por Rissani, aunque no paramos. Continuamos hacia el Valle del Draa.

El Valle del Draa

El Valle del Draa tiene 200 km de longitud y se encuentra entre las poblaciones de Agdz y Zagora. Al igual que el Valle de Dades, es el nombre del propio río quien también le da nombre. Este valle es verde y hermoso, contiene miles de palmeras datileras y está salpicado de Kasbahs.

El río Draa es el más largo de Marruecos y a su paso riega los campos de cereales, verduras, henna, árboles frutales, las más de las 16 variedades de palmeras datileras, etc. En el Valle del Draa hay 1,5 millones de palmeras. Es el segundo palmeral de África, el mayor es el del Nilo. Prácticamente toda la provincia de Zagora vive de manera directa o indirecta de la producción de henna y de los dátiles, en menor medida de otros frutales y poco del turismo.

¡Aquí os dejamos unas cuantas fotos!. Algunas las tomamos desde el coche y otras desde el restaurante donde comimos, el restaurante Ennakhile, en el pueblo de Nkob. Es una antigua kasbah convertida en hotel y también restaurante. Es muy grande y turístico. La comida está buenísima y lo mejor es la terraza que tiene…las vistas son magníficas.

Tras la comida hicimos otra parada, en una zona donde la tierra era rojiza y estaba bastante erosionada.

Llegada a Marrakech y final del tour

Ya de noche llegamos a Marrakech. Así terminó nuestro magnífico tour, del cual guardamos un recuerdo increíble y, por supuesto, os animamos a que lo hagáis. El recorrido fue un auténtico viaje en todos los sentidos que nos permitió adentrarnos más en la cultura marroquí.

Totalmente recomendable la agencia local con la que lo contratamos. Muchas gracias a Alicia y Kada por esta experiencia tan sumamente gratificante.

Nos despedimos con otra foto del grupo. Muchos saludos para todos y…¡¡FELIZ AÑO!!:).

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Rabat, la más moderna y tranquila de Marruecos

«La ciudad de la calma en Marruecos»

Rabat es la capital administrativa de Marruecos. Sin contar con tantas atracciones turísticas como otras ciudades en el país, conserva con su vida calmada un encanto propio que bien merece una visita.

Con apenas turismo por sus calles, Rabat sorprende al visitante, que nota un fuerte contraste con otros lugares de Marruecos. Además, es una ciudad moderna y con una parte antigua menos transitada. La zona de la Medina más cercana al río Bu Regreg nos pareció que estaba muy limpia, con una combinación de blanco y azul en sus paredes muy llamativa, como de estilo mediterráneo.

La ciudad encierra una mezcla interesante entre sus partes nuevas y aquellas más decadentes, albergando por un lado muchos de los edificios oficiales y gubernamentales del país y, por otro, zonas todavía sin explotar en exceso.

En nuestra opinión, Rabat no es desde luego lo más llamativo ni representativo de Marruecos. Sin embargo si os sobra tiempo, tenéis la oportunidad y os apetece escapar un poco de las masificaciones, merece la pena darse un paseo aunque sea de unas horas y contemplar la vida en una de las ciudades principales del país.

¿Qué ver en Rabat?

Un día es suficiente para conocer lo representativo de la ciudad. Los puntos de interés más destacados en Rabat son los siguientes.

Kasbah de los Oudayas

Se trata de una ciudad fortificada tipo ciudadela que se sitúa justo al borde del mar.  Resulta ser un punto estratégico que permitía desarrollar sus funciones de control y baluarte. Se inició su construcción en el siglo XIII, y en la actualidad es una zona muy agradable, con las paredes pintadas en azul y blanco, con estilo mediterráneo.

Perderse por sus calles observando cada rincón es sin duda una experiencia estupenda.

Rabat desde la Kasbah de los Oudayas

Vista de la playa de Rabat desde la Kasbah de los Oudayas

Jardines de los Andaluces

En el interior de la Kasbah podemos observar unas increíbles vistas a la zona de la playa  y visitar los Jardines de los Andaluces, un lugar verde repleto de árboles y flores con mucho encanto.

Mausoleo de Mohamed V

Es el monumento más emblemático de Rabat. Está en la vecindad de la mezquita Hassan y alberga en su interior la tumba de Mohammed V, el padre de la independencia de Marruecos. El mausoleo fue edificado en el estilo tradicional árabe-musulmán marroquí sobre una superficie de 1500 m². La fachada de la construcción, realizada sobre una armadura de hormigón, está cubierta de mármol blanco italiano y rematada con un techo piramidal de tejas verdes, como el color de la estrella del  escudo de Marruecos, símbolo de la dinastía alauí.

Mausoleo de Mohamed V, en Rabat

Exterior del Mausoleo de Mohamed V, en Rabat

Torre Hassan

Está situada en frente del Mausoleo de Mohamed V. La torre es en realidad el minarete de una mezquita que nunca se terminó. El lugar iba a ser, en el siglo XII, el monumento religioso más grande en el mundo. Sin embargo, el sultán Yacub el Mansur murió antes de terminar las obras. La torre mide 44 metros de alto. Las columnas alrededor eran las que iban a sostener la mezquita, pero se derrumbaron por culpa de un terremoto. La torre Hassan fue renovada en los años 60.

Torre Hassan, Rabat

Torre Hassan, Rabat

Palacio Real

Es el  Dar-al-Mahkzen, que tiene las funciones de Palacio Real y sede del gobierno. Data del 1864 y se construyó sobre las ruinas del antiguo palacio. Ante la puerta se extiende la Mechouar, la plaza donde se organizan las principales celebraciones en honor al monarca. Mohammed VI, el actual rey de Marruecos, ya no vive en este palacio.

Necrópolis de Chellah

Con una imponente muralla,  alberga un complejo romano, medieval y necrópolis. Se sitúa en el emplazamiento de la antigua ciudad de Salé. Actualmente se encuentra en la orilla norte de la desembocadura del río Bu Regreg. A nosotras no nos dio tiempo a entrar en el interior pero, según hemos leído, la visita a este yacimiento arqueológico, es las afueras de Rabat, es una de las más recomendables.

Necrópolis de Chellah, en Rabat

Murallas del exterior de la necrópolis de Chellah, en Rabat

El encanto de Rabat

Como en el resto de ciudades marroquíes, el encanto de Rabat también reside en caminar por sus calles, por la zona de la Medina y observar la vida cotidiana. Es muy agradable el paseo al lado del río, desde la Kasbah hasta la Place Sidi Makhlouf, para dirigirse al Mausoleo de Mohamed V. Desde esta zona además tendremos una vista de la ciudad de Salé, al otro lado del río Bu Regreg.

Río Bu Regreg, con la ciudad de Salé al fondo, en Rabat

Río Bu Regreg, con la ciudad de Salé al fondo, en Rabat

Además Rabat cuenta con avenidas modernas y bonitas, como la de Mohamed V, eje principal del centro de la ciudad. Une la antigua Medina con la Nouvelle Ville (zona nueva) de la época colonial francesa.

Las murallas son otra de las partes interesantes. La ciudad cuenta con tres murallas bien diferenciadas de épocas diferentes : las Almohades del siglo XII, las Moriscas o Andalusíes del siglo XVII y las Alaouitas, del siglo XIX (aunque de estas bien poco queda en la actualidad).  Las distintas puertas (en árabe «bab») son signo distintivo de la ciudad, destacando sobre todo Bab RouahBab El Had ó Puerta de Marrakech, y Bab El Alou ó Puerta del Mar, todas ellas en las murallas Almohades.

Por último, como en todas las ciudades marroquíes, es interesante darse un paseo por la zona judía o Mellah. 

Transporte en Rabat

Rabat es una ciudad asequible para recorrer perfectamente andando. Disfrutaréis caminando, conociendo cada rincón. No obstante, al igual que en otras ciudades de Marruecos, no hay problema para coger taxis. Existen los «petit» y los «grand», dependiendo del recorrido que queramos hacer.

Si queréis acercaros a la ciudad de Salé, al otro lado del río, podréis hacerlo en el moderno tranvía que conecta esa parte con Rabat.

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Fez, centro artesanal e intelectual de Marruecos

«Regresando a la auténtica Edad Media»

Existen muchas ciudades medievales, seguro que habréis visitado unas cuantas, pero en nuestra opinión y teniendo en cuenta lo que conocemos, la autenticidad de Fez es difícil de igualar…y es que, si no fuera por el turismo y las nuevas tecnologías, el viajero tendría la auténtica sensación de retroceder a la Edad Media al caminar por sus calles.

Libros como «Los Pilares de la Tierra» se nos vienen a la cabeza cuando descubrimos Fez.  Así es la vida cotidiana allí, con los comerciantes trabajando en sus puestos, burros transportando la carga, los distintos gremios con sus artesanos…Fez posee un bagaje histórico y cultural que cautiva desde el primer momento.

La llamada «capital intelectual, cultural y religiosa de Marruecos» posee la zona no transitable por vehículos más grande del mundo.  Se trata de su famosa Medina que no deja indiferente a nadie. En contraste con otras ciudades, allí se contempla un modo de vida que pocas veces habíamos podido observar hasta el momento.

Consideramos Fez, una visita obligada en vuestro viaje a Marruecos, sin duda indispensable para entender la rica historia de este impresionante país.

¿Qué ver en Fez?

Como en muchas ciudades de Marruecos, Fez tiene una parte nueva (Ville Nouvelle) y la Medina.

La parte nueva data del siglo XX. Está habitada por extranjeros asentados en Fez y por la gente local con mayor nivel económico. Tiene avenidas bastante cuidadas para darse un agradable paseo si os sobra tiempo en vuestra visita.

La mayoría de los puntos de interés se encuentran en la laberíntica Medina. Ésta se encuentra dividida en dos zonas: la Medina de Fez el-Bali (parte antigua) y la Medina Fez el-Jdid (parte nueva).

Medina de Fez el-Bali

En el interior de las murallas de la Medina Fez el-Bali se encuentran las principales visitas turísticas de Fez, como las medersas. Esta palabra significa en árabe «escuela», sea religiosa o secular. Hay muchas en Marruecos.

Los puntos de interés que destacamos en la Medina Fez el-Bali son los siguientes.

La Medersa Bou Inania

Inaugurada en el año 1350, es una de las escuelas coránicas de estudios superiores que a su vez ejercían como residencias. El patio es espectacular y las zonas de las paredes talladas en madera a mano realmente impresionantes. Esta medersa aún continúa ejerciendo como mezquita, incluyendo en su interior las zonas del rezo separadas para hombres y mujeres. La torre se encuentra cubierta por brillantes azulejos verdes. Es uno de los edificios más hermosos de la Medina.

El Mausoleo de Mulay Idris II

Es un santuario dedicado al que fue rey de Marruecos entre los años 807 y 828, fundador de la ciudad por segunda vez en el año 810. Es el santo más venerado de todo el país. No se puede acceder si no eres musulmán, por lo que tan solo se puede observar el interior desde la puerta. El mausoleo se encuentra al lado de la Mezquita al Asraf.

La Plaza Nejjarine

Alberga el museo de Arte y Artesanía de la Madera. Su visita es interesante por el precioso edificio en el que se ubican las exposiciones. La plaza es bonita, con el edificio del museo y una característica fuente al lado.

La Plaza Seffarine

Se trata de una pequeña plaza situada entre el zoco de los tintoreros y el de los curtidores. Aquí es donde se encuentran todos los artesanos trabajando el cobre, el oficio del calderero. Resulta impresionante observar a todos, mientras se escuchan los sonidos del golpe sobre el metal en cada rincón. En la plaza también se encuentran la Biblioteca Karaounie y la Madraza Seffarine.

plaza Seffarine de Fez

Artesano trabajando el cobre en la plaza Seffarine de Fez

La Medersa Attarine

Construida entre 1323 y 1325 bajo las órdenes del sultán Abu Said, la Medersa Attarine es la madraza más bonita de Fez. Fue una de las principales escuelas de la religión coránica en las que los estudiantes podían residir durante sus estudios. El interior es una vez más impresionante, con una fuente de mármol en el centro y las paredes decoradas con preciosos mosaicos sobre los que se encuentran inscritas algunas frases del Corán.

La Curtiduría Chouwara

Esta es una de las visitas obligadas en nuestra opinión. Aquí se puede observar en primera mano cómo se produce el cuero a partir de la piel. El proceso de transformación y tinte es algo absolutamente increíble. No os desaniméis con el olor, es cierto que no es agradable pero merece mucho la pena la visita. Al terminar con la explicación os pedirán que compréis alguna pieza. Quizás no sea el lugar más económico para ello, pero desde luego la calidad está garantizada.

Curtiduría Chouwara, en Fez

Curtiduría Chouwara, en Fez

La Mezquita Al Karaouine

Es conocida por albergar la universidad más antigua del mundo. Además, compone uno de los más importantes centros de aprendizaje islámico. Contando con varias puertas, es uno de los mayores complejos arquitectónicos de Fez. Al igual que en el resto de las mezquitas, la entrada está prohibida si no eres musulmán. Por ello solo es posible divisar el patio desde la puerta principal.

Mezquita Al Karaouine, en Fez

Puerta principal de la Mezquita Al Karaouine, en Fez

La Puerta Bab Bou Jeloud

Veréis que la Medina cuenta con muchas puertas (llamadas en árabe «bab»). Una de las más famosas es la Puerta Bab Bou Jeloud. Es conocida como «La Puerta Azul» por los azulejos en tonos azulados que la componen. A través de ella se accede a la Medina desde el noroeste. Observaréis que esta puerta es de color verde, que en Marruecos significa «paz», cuando se sale de la Medina, mientras que el otro lado es de color azul que significa «esperanza».

Puerta Bab Bou Jeloud, en Fez

Puerta Bab Bou Jeloud, en Fez

El Barrio de los Andaluces de Fez

Otra zona también recomendable para visitar es el Barrio de los Andaluces, nacido a principios del siglo IX y habitado por muchas familias musulmanas que vivían en Andalucía y acabaron emigrando. Uno de los lugares más importantes del barrio es la Mezquita de los Andaluces, construida entre los años 859 y 860, que se caracteriza por su llamativo minarete verde y blanco.

El encanto de Fez

En vuestro recorrido por Fez también debéis disfrutar por supuesto de los zocos, mercados tradicionales árabes que ofrecen todo tipo de productos distribuidos por toda la Medina, pues son parte fundamental del encanto de la ciudad. Llevarse un recuerdo siempre es algo agradable y más de un lugar tan auténtico como Fez.

Os llamará también la atención la cantidad de fuentes que hay por toda la ciudad, algunas realmente preciosas.

Continuando con vuestro paseo por esta parte de la Medina, os recomendamos además que observéis el resto de oficios que se siguen exponiendo como actividades cotidianas del día a día: panaderos que amasan la harina antes de meter las hogazas en el horno, tintoreros que tiñen la ropa mediante métodos tradicionales, cocineros que amasan finas láminas de creps o costureros que, con el hilo sacado de las propias plantas, fabrican impresionantes telas, pañuelos y tapices con las ruecas y máquinas tradicionales de hilar.

También podéis visitar alguna de las herboristerías o farmacias que hay en la ciudad. En Fez, como en muchos otros sitios de Marruecos, se venden los productos fabricados a partir del aceite de Argan: aceites esenciales, cosméticos, jabones, perfumes, etc…No es un mal recuerdo para llevarse y ¡os podemos asegurar que son muy buenos!.

Por último, si estáis cansados de caminar y recorrer la laberíntica Medina, para finalizar os recomendamos sin lugar a dudas para tomar algo y reponer fuerzas el café Clock. Este café es un espacio cultural donde ofrecen muchas veces conciertos de música en directo y donde os podréis sumergir en el ambiente más alternativo de la ciudad.

Medina Fez el-Jdid

Es la Nueva Medina de Fez, fundada a finales del siglo XIII. En ella se pueden destacar dos lugares de especial interés: el Palacio Real, que por desgracia no se puede visitar, y el Barrio Judío (Mellah), donde la arquitectura y sus mercados determinan la zona.

Lo más interesante de Fez el-Jdid es recorrer las calles principales del Mellah observando los balcones con vistas hacia la calle, algo impensable en las construcciones musulmanas tradicionales. También podéis visitar la Sinagoga Ibn Danan. Aunque pequeñita, merece la pena.

El Jardín Jnan Sbil

En vuestro recorrido por Fez no os podéis perder el Jardín Jnan Sbil. Es muy tranquilo y os servirá para desconectar del ajetreo de la ciudad. Tiene varias partes. Nosotras nos dimos un paseo y nos pareció precioso.

Transporte en Fez

Ciudades como Fez se deben recorrer a pie por supuesto, conociendo de primera mano su ambiente y su alma. La única manera de recorrer Fez el-Bali y Fez el-Jdid es caminando. Las calles de ambas medinas son estrechas, sinuosas e impracticables, siendo los burros los únicos encargados del transporte. Orientarse es además muy complicado, apenas existen mapas y los que hay no son muy detallados. Una buena táctica de orientación es tomar como referencia farmacias, riads o restaurantes, aunque siempre podéis preguntar a los lugareños. También os podéis guiar con la aplicación maps.me. No se necesitan datos y, aunque a veces la geolocalización es complicada, funciona bastante bien.

En la zona nueva (Ville Nouvelle) se puede sin problemas coger taxis y autobuses.

En cuanto a los taxis, como en el resto de ciudades de Marruecos, hay de dos tipos: los petit taxis y los grand taxis. Los primeros son de color rojo y es un medio económico para ir de un punto a otro en la ciudad. Los segundos, más grandes y de color blanco, son los que se utilizan para ir al aeropuerto y hacer el recorrido entre ciudades.

Los autobuses urbanos recorren la Ville Nouvelle y el exterior de las medinas. Dado que suelen ir repletos de gente, no tienen aire acondicionado y los taxis son baratísimos, no los recomendamos.

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Marrakech, capital turística de Marruecos

«La ciudad roja»

Marrakech, la que llamamos “ciudad roja” y capital turística de Marruecos, tiene un peculiar atractivo, una dualidad que os hará odiarla o amarla, pero que desde luego no os dejará indiferentes.

Nos gustó mucho, con sus edificios rosados, sus calles estrechas, el caos de los mercados y el orden y belleza de sus jardines. Es uno de los sitios más visitados en el país…y es que no hay que engañarse, Marrakech es el lugar turístico por excelencia de Marruecos, siendo éste desde nuestro punto de vista quizás uno de sus puntos más identificativos. Observar a tanta mezcla de personas, de distintas razas, etnias y nacionalidades, adaptándose a aquella cultura, intentando entenderse en aquellos inmensos bazares, sumándose a la frenética actividad del día a día, es una cosa que desde luego, a todo el mundo impacta. Hay partes que incluso os recordarán a nuestra Andalucía, veréis que hay puntos en común con nuestro país.

Marrakech es sin duda, una mezcla perfecta de experiencias y sensaciones que seguro os sorprenderá. Por supuesto la recomendamos….y aunque como decimos es de lo más turístico que tiene Marruecos, todavía conserva rincones realmente auténticos y que os ayudarán a comprender mejor cómo es la vida allí.

¿Qué ver en Marrakech?

El tiempo de estancia en un lugar depende de cada uno. En el caso de Marrakech, con un par de días creemos que es suficiente para conocer lo más representativo…aunque seguro que algunos querrán quedarse más. Como en muchas ciudades marroquíes, tiene la parte central o Medina. Es la zona antigua amurallada con varias puertas caracterizada por sus típicas y abigarradas calles bulliciosas. Allí se desarrolla toda la actividad del día a día. Cuando caminéis por ella debéis tener especial cuidado con las motos, que pasan a gran velocidad.

Fuera de la Medina se encuentra la parte nueva o Gueliz, zona elegida para vivir por la mayoría de los extranjeros residentes en Marrakech.

Las atracciones turísticas se encuentran tanto dentro como fuera de la Medina. Destacamos los siguientes principales puntos de interés.

La plaza de Yamaa el Fna

Es la plaza central de Marrakech, donde se concentra gran parte de la actividad comercial. ¡Es un imprescindible!. El ambiente cambia mucho dependiendo de la hora. Durante el día encontraréis desde domadores de monos hasta encantadores de serpientes, mientras que por la noche, desaparecen todos los tenderetes de la mañana y se llena de puestos de comida donde poder cenar, músicos improvisados y espectáculos de diferente índole. Os recomendamos ir a tomar un café cuando caiga la tarde a alguna de las terrazas elevadas que hay sobre la plaza (como por ejemplo en el Café de France donde estuvimos nosotras), para observar desde lo alto el ambiente y la vida cotidiana en Marrakech.

Plaza de Jamaa el Fna Marrakech

La Plaza de Jamaa el Fna, en Marrakech

La mezquita Koutoubia

La “mezquita de los libreros” es uno de los símbolos de Marrakech. A los españoles nos resulta imposible no pensar en La Giralda cuando la visitamos, sin embargo el enclave es totalmente distinto. Desde sus bonitos jardines podréis contemplar todo el complejo de la Koutoubia. Como en el resto de mezquitas de la ciudad, la entrada está prohibida a los no musulmanes.

Koutoubia Marrakech

La Koutoubia de Marrakech

El palacio Bahia

Es una de las obras arquitectónicas más importantes de Marrakech. Fue construido a finales del siglo XIX con el objetivo de ser el palacio más impresionante de todos los tiempos. Se encuentra muy cerca de la plaza de Yamaa el Fna y se pueden visitar sus habitaciones, patios y jardines.

Marruecos

Palacio Bahia, Marrakech

Los jardines de Menara

Se sitúan al oeste de la ciudad y es uno de los sitios más visitados de Marrakech. La estampa es preciosa, con el Pabellón de la Menara reflejado en el estanque y el Atlas de fondo. Es recomendable visitarlo al atardecer tras un agradable paseo.

Jardines de Menara

Los Jardines de Menara

El jardín Majorelle

Este jardín fue creado por el pintor francés Jacques Majorelle en 1924 y fue propiedad de Yves Saint Laurent desde 1980. Os encantará su mezcla de colores y su exuberante vegetación. Hay multitud de plantas distintas, divididas en cactus, palmeras, bambú, plantas de jardín y plantas acuáticas. Dan sensación de frescor y vitalidad. ¡Una de nuestras visitas favoritas!.

Jardín Majorelle Marrakech

Jardín de Majorelle, en Marrakech

El museo de Marrakech

Está ubicado en el antiguo palacio donde residió Mehdi Mnebhi, antiguo ministro de defensa del sultán Moulay Abdelaziz. El palacio data de finales del siglo XIX.

Las tumbas Saadíes

Es una de las visitas obligadas. Cuenta con unas 100 y un pequeño jardín. Fueron abiertas al público en 1917 y allí están enterrados los cuerpos de los sirvientes y guerreros de la dinastía saadí.

Jardines de las Tumbas Saedíes, Marrakech

Jardines de las Tumbas Saedíes, Marrakech

Bab Agnou

Es la gran puerta principal para atravesar la muralla y adentrarse en la Medina.

El barrio judío

Cerca del palacio Bahia, el Mellah contiene un sinfín de tiendas de especias, artesanía, herboristerías, etc. Allí también se encuentra la Sinagoga Alazmah, que sigue siendo lugar de encuentro y trabajo de la comunidad judía de Marrakech.

El encanto de Marrakech

Sin embargo, el atractivo de Marrakech no reside únicamente en los monumentos, museos y otros puntos de interés, sino que el verdadero encanto de esta ciudad lo descubriréis caminando por sus calles y explorando por vuestra cuenta la Medina y sus alrededores.

Además no debéis dejar de visitar El Zoco, un auténtico laberinto de callejuelas llenas de puestos y tenderetes que se extiende desde la Plaza de Yamaa el Fna. Es una experiencia única en la que tendréis que sumaros al famoso regateo que forma parte del día a día. Además en el barrio de los suks, los zocos están organizados por gremios. Reservad tiempo para pasear y cotillear los puestos, ¡no querréis iros!.

Un lugar que nos pareció bastante auténtico además fue la Plaza de Rahda Kedima, cerca de Yamaa el Fna. Perderse hasta llegar a ella fue de lo más especial en Marrakech. Es una plaza llena de puestos que venden especias, cestos y demás utensilios, con acceso al zoco de las alfombras. El hecho de estar escondida aporta más encanto al lugar. Para terminar de disfrutarla es muy recomendable comer en alguna de las azoteas.

Marruecos

Plaza de Rahda Kedima, en Marrakech

En vuestro paseo por la Medina, también podéis visitar alguna de las herboristerías o farmacias que hay en la ciudad. En Marrakech, como en muchos otros sitios de Marruecos, se venden los productos fabricados a partir del aceite de Argan: aceites esenciales, cosméticos, jabones, perfumes, etc…No es un mal recuerdo para llevarse y ¡os podemos asegurar que son muy buenos!.

Visitas cercanas

Algo alejados de la ciudad se encuentran otros puntos, como son los siguientes.

El palmeral

Situado al noreste de la ciudad, este terreno contiene más de 100.000 palmeras. Actualmente es una zona muy cotizada. La mejor forma de verlo es dando un paseo en camello.

Palmeral Marrakech

El Palmeral, Marrakech

Las cascadas de Ouzoud

Además, si vuestro planning os lo permite podéis hacer alguna excursión, como por ejemplo, visitar las cascadas de Ouzoud.

Con una altura de 110 m, estas cascadas se consideran las más grandes del país. Se encuentran en la parte del Medio Atlas y son verdaderamente preciosas. También podéis hacer un trekking por la zona.

Cascadas de Ouzoud, cerca de Marrakech

Transporte en Marrakech

Marrakech cuenta con diferentes medios de transporte aunque para visitar la Medina, el único medio es a pie. Las calles son tan estrechas que no cabe ningún medio de transporte (excepto las motos y bicis).

Orientarse es complicado, no existen mapas detallados de la Medina, aunque últimamente se han puesto de moda los planos a mano que suelen dar en los Riad. También podéis preguntar en la calle y probablemente os acompañen amablemente hasta la puerta, a cambio de una propinilla.

Aunque existe la posibilidad de usar los autobuses para desplazarse, seguramente preferiréis caminar o coger un taxi. Son realmente baratos. No os olvidéis de negociar el precio antes de subiros;).

Un buen precio para un trayecto dentro de Marrakech es entre 15 y 25 dirhams.

En Marruecos hay dos tipos de taxis: los pequeños (petit taxi) y los grandes (grand taxi). Los pequeños se usan para desplazarse por el interior de la ciudad y los grandes serán la mejor opción si queréis salir de Marrakech.

Hay mucha gente que contrata un taxi para todo el día y aprovecha para ir a sitios cercanos.

Por último, un paseo en calesa por Marrakech es algo que no debería perderse ningún viajero. El paseo en coche de caballos por el palmeral es una experiencia muy interesante al alcance de todos los bolsillos.

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El cine marroquí

El cine marroquí se ha ido desarrollando poco a poco y está en constante evolución. También le ayuda que el séptimo arte se ha inspirado muchas veces en esta hermosa tierra, repleta de vivencias y costumbres exóticas…y es que los increíbles paisajes de Marruecos han sido escenario de muchas películas, como por ejemplo «Babel» (Alejandro González Iñárritu, 2006), «Lawrence de Arabia» (David Lean, 1962), «Gladiator» (Ridley Scott, 2000) ó «El cielo protector» (Bernardo Bertolucci, 1990). Allí se encuentran los Atlas Studios (Atlas corporation), en la ciudad de Ouarzazate, donde se han montado los decorados para muchos rodajes.

Atlas Studios (Atlas corporation), cerca de la ciudad de Ouarzazate

Atlas Studios, en Marruecos

Cine marroquí como motor del cambio social

El séptimo arte en Marruecos ha ido cogiendo protagonismo en los últimos años. El cine parece ser el motor del cambio social en la compleja transición que vive este país árabe. Muchos cineastas locales coinciden en que los marroquíes tienen necesidad de verse reflejados en pantalla, por eso las nuevas historias hablan de sexo, prostitución o derechos humanos, temas que, hasta hace poco, eran tabú.

Las películas ya no son censuradas, el país avanza muy deprisa. Esta cierta apertura se explica por el momento de cambio que se está viviendo. En Marruecos se respira la misma libertad que en España en los años 80, aunque está claro que todavía falta mucho camino por recorrer. Es un país en transición, pero no podrá haber verdadero cine hasta que no haya completa libertad, y en ese camino está. Poco a poco, todos los temas se empiezan a poder abordar en el cine marroquí actual.

El nuevo cine magrebí utiliza el dariya, la lengua coloquial marroquí, en lugar del árabe estándar o el francés. Esta característica, además de la generalización del vídeo, ha supuesto una «democratización» de estas historias transgresoras.

Queda sin embargo mucho por hacer. Por un lado, la escasez de salas de cine en Marruecos hace complicado que las cintas lleguen al público en su propio país. Por otro, es prácticamente imposible ver cine marroquí en el resto del mundo, excepto en ciclos especializados para ello. Mientras tanto, tímidamente, los films rompen moldes incluso en el mundo árabe.

Películas marroquíes

Entre las mejores películas del cine marroquí de los últimos años, podemos destacar las siguientes:

  • «Casanegra» (Nour-Eddine Lakhmari, 2008). Narra la historia de dos amigos que crecen como buscavidas en el lado oscuro de Casablanca
  • «La Grande Villa» (Latif Lahou, 2009). Cuenta la historia de una pareja franco-marroquí que se muda de París a Casablanca
  • «Mil meses» (Faouizi Bensaidi, 2003). Es una epopeya familiar ganadora del Premier Regard de Cannes en 2003
  • «Marock» (Laila Marrakchi, 2005). Narra la historia de una chica musulmana y un chico judío que viven un amor imposible en Casablanca
  • «Behind Closed doors» (Mohammed Ahed Bensouda, 2013). Llamada a la acción frente al acoso sexual a las mujeres

Una película clásica americana en la que se ve bastante bien reflejada la vida en Marruecos en los años 40 es la famosísima «Casablanca», cinta estadounidense de 1942 con impresionante reparto dirigida por Michael Curtiz. Narra un drama romántico en la ciudad marroquí de Casablanca bajo el control del gobierno de Vichy.

Hablando también de películas clásicas americanas que retratan la vida en Marruecos debemos destacar por supuesto «El hombre que sabía demasiado» (Alfred Hitchcock, 1956). El maestro del suspense nos trae esta cinta, en la que se narra la vida de una familia americana que, estando de vacaciones en Marruecos, se ve envuelta en una operación de espionaje industrial. 

La literatura marroquí

Si hablamos de literatura marroquí, podemos decir que ha existido a través de distintas épocas y en diferentes lenguas. Durante el siglo XX se sucedieron tres generaciones de escritores:

  • La primera fue la generación que vivió y escribió durante el Protectorado marroquí. Su representante más importante es Mohammed Ben Brahim
  • La segunda jugó un papel importante en la transición a la independencia, destacando a Abdelkrim Ghallab, Allal al-Fassi y Mohammed al-Mokhtar Soussi
  • La tercera, más rupturista, convivió con los escritores extranjeros de la generación beat durante los años sesenta. En esta época se fundaron algunas revistas independientes y no oficialistas. Por entonces florecieron además Mohamed Chukri, Driss Chrabi, Mohamed Zafzaf y Driss El Khouri. A partir de aquí se desarrolló notablemente el realismo social y el cuento. Todos estos autores fueron un precedente importante para los poetas, dramaturgos y novelistas que vendrían después

Por otra parte, es preciso mencionar también a otros autores como el novelista Mohammed Daoud (1901-1984), el ensayista Abdallah Guennoun (1908-1989), el novelista Ahmed Sefrioui (1915-2004), la escritora y política Malika al-Fassi (1919-2007) y el narrador Mohammed al-Habib al-Fourkani (1922-2008).

Obras de la literatura marroquí

Entre las recientes, las destacables son las siguientes:

  • «La noche sagrada» (Tahar Ben Jelloun, 1987). Narra el relato de una muchacha marroquí criada como un niño, que ganó el prestigioso Goncourt francés
  • «Sueños en el umbral» (Fatima Mernis-si, 1994). Los recuerdos de la autora del Fez de 1940 se mezclan con las historias de otras mujeres
  • «The polymath» (Bensalem Himmich, 2004). Narración novelada de la vida del erudito del siglo XIV, Ibn Jaldún
  • «El pan a secas» (Mohamed Chukri, 1973). Una cruda novela autobiográfica sobre lo que es crecer en la extrema pobreza

El arte marroquí nos muestra la esencia de este país, exótico y racial.

Os contamos más información y curiosidades de Marruecos en este enlace.

Gastronomía marroquí

La  gastronomía marroquí se presenta como una de las más interesantes y variadas del mundo. Su esencia está marcada por el cuscús, verduras, distintos tipos de carnes y la constante mezcla de dulces y salados con diversas especias. Son muy populares las aceitunas, las veréis siempre, ¡en algunos sitios las ponen hasta en el desayuno!. Las sirven junto con el famoso pan marroquí…¡que está buenísimo!. Lo presentan en hogazas y es bastante tierno además de esponjoso. Tiene un sabor algo dulce y lleva pepitas de sésamo…¡no podréis dejar de comerlo!.

En cuanto a las frutas, abundan las naranjas, los plátanos y las manzanas...y si hablamos de bebidas, el té es por supuesto la más común.

No os debéis perder los siguientes platos típicos de la gastronomía marroquí en vuestro viaje a este fascinante país.

Cuscús

El cuscús (semilla de sémola de trigo) es el plato nacional marroquí. Está cocido y se acompaña por verduras, carne de cordero, ternera o pollo. Suele prepararse en las casas los viernes, su día libre, dedicado habitualmente a rezar en las mezquitas, ir al hamman y pasear con las familias. ¡Está riquísimo!. Os dejamos en este enlace la receta para prepararlo:).

Tajín

El Tajín (tajine) es otro de los platos de la gastronomía marroquí que encontraréis por todos sitios. Al igual que el cuscús, podréis comerlo a un precio bastante económico en cualquier restaurante. La cantidad suele ser considerable, por lo que se puede compartir entre dos. Se llama tajín al recipiente de barro en que se sirve. El guiso puede ser muy variado, siendo el más común el de pollo.

Pastela

¡Nuestro preferido!. Es un plato muy elaborado, con capas de hojaldre rellenas de láminas de carne de pollo o paloma, intercaladas con pasta de almendra, todo ello horneado y aderezado con canela y azúcar glas. Ofrece un perfecto equilibrio entre lo dulce y lo salado.

Bissara

Muy popular también, es un plato muy sencillo. Es un simple puré de habas con un generoso chorro de aceite de oliva que podréis ver que sirven en multitud de lugares durante el desayuno o como acompañante de otros platos. No perdáis la oportunidad de comerlo acompañado del esponjoso pan marroquí.

Ensalada marroquí

La encontraréis en todos los sitios. Aunque los ingredientes pueden variar un poco, lo normal es que lleve tomate, cebolla y pepino, todo picado. Está bastante buena.

Harira

Esta sopa es muy apreciada por utilizarse para romper el ayuno durante los días de Ramadán dado su gran aporte calórico. Está hecha con carne de cordero o ternera, legumbres y tomate, condimentada con pimienta negra, cilantro y jengibre. Se suele acompañar con dátiles.

Kefta

Es carne picada aderezada con piñones, cebolla, ajo, perejil, pimentón picante, cominos y aceite de oliva. La kefta se sirve de diferentes formas y todas están buenísimas.

Touajen y Hout

Para los amantes de los sabores intensos, el Touajen será su plato, un estofado de carne de cordero o pollo en escabeche. También se puede hacer con pescado, pero en este caso se llama Hout.

Zaalouk de berenjenas

Es una de las tan típicas y riquísimas ensaladas de Marruecos, especialmente de la ciudad de Fez. También se conoce como caviar de berenjenas. El plato consiste en berenjena hervida y cocinada con un sofrito de tomate y ajo. Después se condimenta con cominos, pimentón rojo dulce y zumo de limón. Todo esto se deja enfriar y se añaden aceitunas negras, cilantro picado, aceite de oliva, sal, ¡y listo para comer!.

Mechui

Es cordero entero asado lentamente en un horno de tierra hasta que la carne se desprenda fácilmente con las manos. Se sirve acompañado con cuscús, almendras y ciruelas. Suele incluirse en el menú de las ocasiones, días festivos o cuando tienen invitados.

Djaja Mahamara

Es un pollo estofado con pasas, sémola, almendras y pasas, que tampoco debéis dejar de probar.

Dulces marroquíes

Los dulces y postres son también increíblemente ricos, como el famoso kaab el ghzal o cuerno de gacela. Suelen ofrecerse junto con té verde como símbolo de hospitalidad. No perdáis la oportunidad de ser educados y disfrutar de su repostería. Hay muchas pastelerías donde venden variedad de dulces, muchos de ellos con dátiles y chocolate. Abundan también bastante los crepes. ¡Están buenísimos!.

En la mayoría de los sitios, casi siempre se incluye fruta como postre tras la comida (naranjas, manzanas, plátanos).

Marruecos, la revolución de los sentidos

Marruecos es el destino exótico más cercano. La puerta a África posee una diversidad natural asombrosa, desde las dunas del desierto pasando por las montañas del Atlas hasta las playas en la costa.

Culturalmente encontraréis las míticas medinas, con sus mezquitas y estrechos callejones, los jardines y los zocos donde regatear se torna un auténtico arte.

Marruecos es, sin duda, una mezcla perfecta de experiencias y sensaciones que seguro os sorprenderá, y que por supuesto recomendamos.

¿Qué conocemos de Marruecos?

Durante nuestra visita a Marruecos en las Navidades de 2017 conocimos los siguientes lugares:

Nuestro viaje duró un total de 9 días y fue un itinerario muy completo que sin duda recomendamos. Desde Madrid, volamos directamente a Marrakech, el lugar más turístico de Marruecos, donde estuvimos dos días. Después desde allí comenzamos el tour de cuatro días por la zona de Dades y pequeño Sahara, pasando la Nochevieja en pleno desierto…¡¡una experiencia inolvidable!!. Recibir el 2018 entre las dunas fue algo realmente increíble. Después volvimos de nuevo a Marrakech, desde donde cogimos tren a Fez, ciudad en la que pasamos otros dos días. Por último, desde Fez llegamos en tren hasta Rabat, la capital administrativa del país. En ella estuvimos un día más, para coger por último el vuelo de vuelta a Madrid.

Marruecos es un país muy grande y nos quedan sitios interesantes todavía por visitar. Disfrutamos mucho en aquel viaje y nos prometimos volver…¡así que lo hicimos!. Dos años más tarde, en la Navidades de 2019, recorrimos otra zona del país. Los lugares que visitamos esta segunda vez, durante nuestro viaje de 8 días, fueron los siguientes:

  • Tánger
  • Tetuán
  • Chefchaouen
  • Fez (de nuevo)
  • Mequinez
  • Asilah

Tras este segundo viaje, algunos años más tarde, pasamos unas horas en Casablanca haciendo escala en un vuelo. Solo nos dio tiempo a ver la Mezquita, que es lo más importante, pero tenemos ganas de volver para poder conocer algo más de la ciudad.

Nos gusta tanto Marruecos que no descartamos volver una tercera vez…está muy cerca así que…¡quién sabe!:).

¿Cuándo viajar a Marruecos?

En Marruecos existen distintos climas dependiendo de la zona del país. En la costa mediterránea así como en la atlántica tienen lugar veranos calurosos y secos e inviernos suaves y húmedos. Por otro lado, en las zonas del interior el clima es continental y en las regiones al sur del Atlas es desértico. Por lo tanto se puede viajar a Marruecos durante todo el año dependiendo de la parte a visitar. Aún así la temporada alta tiene lugar de Noviembre a Marzo, incluyendo Semana Santa, sobre todo en Marrakech y el sur del país.

También es importante que intentéis evitar la época del Ramadán, ya que los establecimientos cierran y la actividad disminuye.

Nosotras hemos ido siempre en Navidades y no es mala opción….si bien hace bastante frío, sobre todo por las noches. Durante el día el sol es intenso y se está bastante bien. No obstante, somos bastante frioleras, así que en nuestra opinión la mejor época para visitar este país puede que sea la primavera. Los veranos son muy calurosos y seguramente resulte bastante agobiante.

¿Es necesario Visado?

Los ciudadanos españoles no necesitan visado de turista para visitar el país. Sin embargo, es necesario que el pasaporte se encuentre en vigor por un mínimo de 3 meses desde la llegada.

¿Es necesario vacunarse de algo?

No hay vacunas obligatorias para viajar a Marruecos.

¿El agua es potable?

En este tema…¡toda precaución es poca! y, para evitar algún efecto secundario, es mejor que compréis agua embotellada.

¿Qué moneda hay?

La moneda oficial de Marruecos es el Dirham (MAD). El cambio de divisa es aproximadamente 1 EUR = 11 MAD. Esta cifra puede cambiar dependiendo de cuando viajéis.

Muchos de los comercios y restaurantes, sobre todo fuera de los hoteles/Riad, no aceptan tarjetas de crédito por lo que es muy recomendable que llevéis dinero en efectivo. Se puede cambiar en el aeropuerto o en las ciudades, donde hay bastantes sitios de cambio.

Además podéis usar tarjetas de crédito visa o master card para sacar dinero de los cajeros (aseguraos que tenéis operativo este servicio en vuestro banco). El pago con tarjeta de crédito como decimos no es habitual en Marruecos, no son muchos los sitios que disponen de este servicio.

Franja Horaria

El huso horario es el mismo que en España.

Idioma

Las lenguas oficiales de Marruecos son el árabe y el francés, que a su vez conviven con otras como el árabe marroquí y el bereber.

En cuanto a los idiomas europeos, en las zonas del norte encontraréis que muchos hablan también español. Según os vayáis acercando al sur veréis que apenas se habla inglés, siendo el francés claramente el idioma predominante.

Electricidad/ Enchufes

En Marruecos no se necesita ningún adaptador especial. Los enchufes son de dos patillas redondas y el voltaje es como en la mayoría de los países europeos, 220V. 

Curiosidades

Aquí van algunos datos curiosos sobre Marruecos:

  • Los barrios judíos de las ciudades se llaman «Mellah». El término procede de la palabra «sal» en árabe, algo que poseía un gran valor en la antigüedad y que los judíos utilizaban como moneda de cambio
  • En las zonas nuevas de todas las ciudades de Marruecos, llamadas Ville Nouvelle, hay dos calles con el mismo nombre: Hassan II y Mohammed V. Estas dos vías, las más cuidadas y elegantes, hacen honor a los dos reyes marroquíes más importantes del siglo XX
  • En árabe el nombre para Marruecos es “al-Magrib al-Aqsa” y significa “el extremo oeste”, ya que es el país más occidental del mundo árabe
  • La bandera de Marruecos es roja con una estrella de cinco puntas verde, conocida como el sella de Sulayman. El rojo y el verde son colores tradicionales en las banderas árabes. A su vez, la estrella simboliza los cinco pilares del Islam y significa asociación entre Dios y la nación
  • Veréis que por todas las zonas y ciudades hay muchísimos gatos
  • Los derechos de las mujeres marroquís lograron un gran avance con las reformas llevadas a cabo en 2004. Actualmente, las mujeres pueden tener la custodia de sus hijos, suprimiéndose el repudio unilateral de una esposa y la toma de una segunda esposa queda sujeta a la aprobación de la primera
  • En Marruecos el color del luto es el blanco
  • Los «Kasbah» son espacios fortificados de origen bereber
  • La mezquita Hassan II de Casablanca es la segunda mezquita más grande del mundo, siendo su minarete de 210 metros de altura también el más alto
  • El traje nacional marroquí es la chilaba, una prenda unisex tipo túnica con capucha
  • El símbolo del amor es el hígado, no el corazón, ya que en la cultura bereber se cree que una digestión saludable promueve el bienestar
  • En Marruecos  el color verde significa «paz», mientras que el color azul significa «esperanza»

Información adicional

Gastronomía marroquí

Referencias literarias y cinéfilas en Marruecos