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“Recordando a James Joyce”
Dedico este post a mi amiga Raquel, con la que disfruté por segunda vez de Dublín en Marzo de 2024. ¡Espero que te guste!. ¡Un beso!. – Virginia
Dublín, capital de Irlanda, es desde luego un punto marcado en el mapa para cualquier viajero….y es que estamos ante una ciudad que no solo es una auténtica referencia a nivel histórico y cultural, sino también una parada obligada para los amantes de la cerveza. Lugar de nacimiento del célebre Oscar Wilde, por un lado Dublín destaca por un centro histórico repleto de antiguas iglesias, monumentos históricos, parques bien cuidados e interesantes museos y, por otro, por albergar un sinfín de tabernas donde disfrutar de una buena cerveza mientras se escucha música en directo.
Perfecta para una escapada de fin de semana, Dublín es sin duda una visita que nunca defrauda. La diversión y el buen ambiente están garantizados. Además podéis complementarla con el recorrido por otros puntos cercanos igualmente interesantes y recomendables.
En nuestro caso hemos estado un par de veces en Dublín. Aunque nos gustaría volver, lo que tenemos más en mente es poder visitar otros lugares del país, ¡¡Irlanda es maravillosa!!.
¿Qué ver en Dublín?
Dublín no es muy grande. Si vuestra idea es solo ver la ciudad y no acercaros a ver otros puntos desde allí, con un fin de semana es suficiente para conocer lo más importante. Os detallamos a continuación las atracciones que no os deberíais perder en vuestra visita.
Trinity College
El Trinity College fue fundado en 1592 por la Reina Isabel I. Es el único college constituyente de la Universidad de Dublín, la universidad más antigua de Irlanda.
Esta universidad es impresionante sobre todo por la larga sala principal de su biblioteca. Está repleta de libros y manuscritos de todas las épocas situados en sus altas estanterías de madera. En ella dicen se inspiró el colegio de Howarts de Harry Potter. La pieza más valorada de la biblioteca es el Libro de Kells del siglo IX, realizado por monjes celtas y que contiene los 4 Evangelios del Nuevo Testamento.
Cerca del Trinity College, en Suffolk Street, se encuentra la estatua de Molly Malone, uno de los símbolos de la ciudad. Dice la canción con el mismo nombre, popular en toda Irlanda y a nivel mundial, que Molly Malone era una hermosa pescadera de día y prostituta de noche, la cual murió joven de fiebre en plena calle. No existe certeza de tal leyenda, sin embargo la historia es un emblema en todo el país y la canción ha sido versionada por varios autores, siendo una de las más famosas la del grupo The Dubliners.
Catedral de San Patricio
La Catedral de San Patricio, antiguamente conocida como la Catedral Nacional y colegiata de San Patricio, es la mayor de las dos catedrales de la iglesia de Irlanda.
En realidad la Catedral de San Patricio no es la sede de un obispo, dado que el Arzobispo de la Iglesia de Irlanda de Dublín tiene su sede en la Catedral de la Santísima Trinidad de Dublín, siendo vista la de San Patricio como la Catedral Nacional para toda la isla y atrayendo delegados de las doce diócesis de la Iglesia de Irlanda.
Castillo de Dublín
Este castillo es una visita obligada en Dublín. Ha sido también residencia real, fortaleza militar y sede del Tribunal de Justicia Irlandés. Desde él los ingleses administraban Irlanda durante su ocupación.
Situado en el corazón del centro histórico, este complejo del siglo XII, convertido en emblema del país, se puede recorrer en una visita guiada de una hora, tiempo suficiente para ver el Salón de San Patricio, la Capilla Real, el Rellano de las Hachas de Guerra, el Salón del Trono, la Gran Escalera, y las habitaciones del Rey y la Reina.
Una vez en el exterior se puede observar la antigua Torre Medieval del siglo XIII y pasear por sus jardines.
El Ayuntamiento
Merece la pena entrar en el Ayuntamiento para observar la Rotonda, un amplia sala circular culminada con una impresionante cúpula sostenida por doce columnas y decorada con elegantes estatuas.
También podéis bajar a la planta inferior para recorrer una interesante exposición sobre la historia de la ciudad desde la invasión Anglonormanda hasta el día de hoy.
Catedral Christ Church
La Catedral Christ Church o de la Santísima Trinidad, es una de las más importantes que ver en Dublín, junto con la Catedral de San Patricio. Es el edificio más antiguo de la ciudad.
Esta catedral protestante, construida en 1028 por un rey vikingo y ampliada a lo largo de los siglos, destaca por albergar en su interior una de las criptas medievales más grandes y antiguas del Reino Unido. Además de la capilla de San Laurence O’Toole, 19 antiguas campanas y el Tesoro de la Iglesia, formado por manuscritos y valiosos objetos históricos.
Al salir del templo hay un puente que la une con Synod Hall, un edificio que alberga la interesante exposición «Dublinia», en el que se puede dar un rápido paseo por la historia de la ciudad durante la época vikinga y la Edad Media.
Grafton Street
Grafton Street es una de las calles más famosas de Dublín. Está situada en pleno centro, entre el Parque de Saint Stephen’s Green y el Trinity College.
Concurrida como pocas, esta calle peatonal es perfecta para ir de compras, aprovechar para comprar algún souvenir típico como la figurita de un leprechaun y, sobre todo, escuchar buenos músicos callejeros.
Merrion Square
A pocos metros de Saint Stephen’s Green está Merrion Square, un antiguo parque privado rodeado de elegantes edificios de estilo georgiano.
Entre los puntos más destacados del parque sobresalen la estatua de Oscar Wilde, situada en una de sus esquinas y que recuerda los años que vivió en este barrio. Otros puntos asimismo recomendables son los restos de un antiguo refugio antiaéreo de la Segunda Guerra Mundial y varias farolas antiguas.
Además, cerca de una de las esquinas de la plaza, se encuentra la Casa Museo Número 29. Se puede entrar para ver cómo eran las viviendas de la clase burguesa en el Dublín de hace 200 años. Otra de las cosas que se pueden hacer en este barrio son fotos en las puertas de diferentes colores de las casas georgianas.
Parque de Saint Stephen’s Green
Al final de la calle Grafton está Saint Stephen’s Green, uno de los mejores parques que ver en Dublín. Es además perfecto para desconectar del ajetreo de la ciudad o hacer un picnic. Paseando por los senderos de este parque de estilo victoriano, inaugurado en 1664, iréis pasando por debajo de zonas arboladas y por delante de bustos y estatuas de personajes históricos de Irlanda como James Joyce o Arthur Guinness, hasta llegar a un precioso lago lleno de cisnes, patos y gaviotas.
La mejor época para visitar este parque es en primavera cuando las flores de sus jardines lo llenan de mil colores, y durante el verano, cuando se realizan conciertos al mediodía.
Temple Bar
Temple Bar, situado entre Dame Street y el río Liffey, es el barrio que visitar en Dublín con más ambiente, sobre todo cuando llega el atardecer y sus callejuelas adoquinadas y tabernas se llenan de locales y turistas.
Sin duda alguna, tomarse unas pintas de cerveza negra o comer platos típicos en alguno de sus pubs más legendarios como The Temple Bar, Merchants Arch, O’Neills o Oliver St.John Gogarty, mientras se escucha música en directo, es una de las mejores cosas que hacer en Dublín.
Río Liffey
Cruzando el puente peatonal Ha’penny Bridge (Puente del Medio Penique) y el Millenium Bridge, al anochecer, se puede tener una de las mejores estampas de Dublín con las farolas iluminando los puentes y ambas orillas del río Liffey. Una vez crucéis estos puentes se puede dar un largo paseo hasta ver la imponente fachada del Custom House, reflejada en el agua. Delante de este edificio se encuentran las esculturas Famine, uno de los lugares que ver en Dublín más conmovedores y que muestran las huellas que dejó la hambruna en la población durante mediados del siglo XIX.
O’Connell Street
Partiendo del O’Connell Bridge podéis recorrer la O’Connell Street, la principal arteria comercial de la ciudad. Esta avenida, una de las más anchas de Europa y siempre hasta arriba de gente, tiene varios monumentos importantes.
Entre ellos están la estatua del líder nacionalista Daniel O´Connell, la Oficina Central de Correos de Dublín, lugar en el que se proclamó la República de Irlanda, y el Spire (Monumento de la luz), una aguja de acero de 120 metros de altura que conmemoró la llegada del nuevo milenio.
Guinness Storehouse
Guinness Storehouse, la fábrica y almacén de la cerveza Guinness, es otro de los lugares que no os podéis perder en Dublín. Convertida en museo, esta antigua fábrica es un templo para los amantes de la cerveza, donde podréis aprender de forma interactiva todos los pasos para la elaboración de su famosa cerveza negra de fama mundial.
Además podréis ver objetos míticos de la marca como antiguas botellas, barriles, carteles y el contrato de alquiler de la cervecería firmado por Arthur Guinness en 1759.
El recorrido por el edificio, que lleva una hora, transcurre por sus 7 plantas y en la última se sitúa el Gravity Bar, en el que os podréis tomar una pinta de cerveza negra bien fresca, con una de las mejores vistas de Dublín.
Antigua Destilería Jameson
Os recomendamos asimismo visitar la histórica Destilería Jameson (Old Jameson Distillery), para conocer todo el proceso de elaboración del whisky más famoso y vendido de Irlanda.
Durante la visita guiada por su interior, que suele durar unos 40 minutos, conoceréis los más de 200 años de historia de esta marca y los diferentes procesos de destilación, hasta terminar en el JJ’s Bar, disfrutando de una degustación de whiskies. Al lado de esta destilería se encuentra la escalofriante Iglesia de St. Michan, una de las más antiguas de la ciudad y en la se pueden ver restos momificados de hace más de 200 años, y el original bar The Church, situado dentro de una iglesia.
Cárcel de Kilmainham
La cárcel de Kilmainham es donde se torturó y ejecutó a muchos de los lideres que lucharon por la independencia de Irlanda del Reino Unido. Merece la pena acercarse a conocerla. Durante la visita guiada por su interior recorreréis los diferentes pasadizos estrechos que daban acceso a las celdas, hasta llegar a una gran sala en la que se rodó la famosa y emblemática película “En el nombre del Padre”, una de nuestras cintas favoritas.
La ruta termina en el patio, donde se ejecutaron a varios líderes revolucionarios, y el museo en el que podréis ver objetos personales de los encarcelados.
La prisión se encuentra un poco alejada del centro (3 kilómetros), aunque se puede llegar fácilmente en autobús.
Phoenix Park
Justo frente a la Cárcel de Kilmainham se encuentra el Phoenix Park. Este parque es perfecto para dar largos paseos entre sus bosques mientras se intenta ver alguno de sus habitantes más famosos, los ciervos que viven en él. Además de ciervos, posee otros puntos interesantes como la Columna de Phoenix, la cruz Papal Cross, el jardín People´s Garden y el Wellington Testimonial, un obelisco de 63 metros de altura levantado en honor al duque de Wellington.
Visitas cercanas
Si tenéis tiempo en vuestro viaje os recomendamos por supuesto visitar alguno de los famosos puntos que hay cerca de Dublín. En nuestro caso nos acercamos hasta el condado de Wicklow. Fue una gran elección, la zona es perfecta para hacer senderismo, hay muchísimas rutas increíbles, además de ofrecer la posibilidad de conocer lugares legendarios como Glendalough, el corazón espiritual de Irlanda. ¡Aquí os dejamos algunas fotos de nuestra visita!.
Transporte en Dublín
La ciudad de Dublín es perfectamente asequible para recorrer andando y es como se debe hacer. Además, comparado con la red de otras capitales de Europa, el transporte público en Dublín es bastante malo, difícil de comprender, incómodo a la hora de pagar, e incluso caro.
Aunque las paradas están mal señalizadas, las rutas no vienen explicadas y los mapas de autobuses de Dublín son realmente complejos de entender, los autobuses son la única forma de llegar a ciertos lugares de Dublín sin tener que caminar.
El sistema de tranvías ligeros en Dublín se llama Luas. Actualmente existen dos líneas de tranvía, una verde y una roja.
Gracias al auge de la aerolínea irlandesa Ryanair, con sede en la ciudad, el Aeropuerto de Dublín se ha convertido en uno de los aeropuertos más transitados de Europa con casi 30 millones de pasajeros al año. Aunque hay varios medios para llegar del aeropuerto al centro de la ciudad, si vuestra idea es estar varios días, os recomendamos sin duda alquilar un coche para poder conocer otros puntos además de la capital irlandesa.
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