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“El corazón de Indonesia”
La isla de Java comprende una maravillosa mezcla de megaciudades, tradiciones y parajes naturales que la hace única.
La variedad de los paisajes que podéis encontrar allí os dejarán sin palabras, desde los verdes arrozales a los humeantes volcanes, pasando por las colinas selváticas y sus playas.
Con unos 140 millones de personas, Java es la isla más poblada de la tierra, ¡las ciudades con muchísima gente y sus abarrotadas carreteras dan fe de ello!.
En esta enorme isla las cosas acontecen con rapidez. En ocasiones se convierte en el más absoluto caos y otras veces es un verdadero paraíso de paz. Podréis sumergiros en la vorágine de la urbe o disfrutar de algunos de los amaneceres más bonitos que podáis recordar.
Por todo esto y mucho más, queremos compartir con vosotros nuestra experiencia y…¡animaros a visitar esta tierra realmente especial!.
En este post os hablaremos de la primera parte de nuestro viaje en Java central y Yogyakarta.
¿Qué visitamos en Java central y Yogyakarta ?
Nuestro recorrido en esta parte de Java fue el siguiente:
- De Yakarta a Yogyakarta en vuelo interno
- Yogyakarta
- Complejo de Borobudur
- Complejo de Prambanan
Yogyakarta
Nuestro primer lugar para visitar en Java fue la ciudad de Yogyakarta, a donde llegamos con un vuelo directo desde Yakarta. Es una buena opción, los vuelos internos no son caros y pueden ahorraros mucho tiempo en los traslados. También podéis llegar en tren, aunque será menos rápido. Aun así, es toda una experiencia y tendréis la oportunidad de interactuar con los lugareños que seguro os hablarán, ¡son muy curiosos!.
Si Yakarta es la capital financiera e industrial de Java, Yogyakarta es su alma. También conocida como “Yogya”, es considerada el centro artístico, cultural e intelectual javanés. Encontraréis un ambiente muy agradable y lleno de encanto.
¿Qué ver en Yogyakarta?
Yogya es una ciudad con mucha vida que ofrece gran variedad de cosas que ver y hacer.
La calle Malioboro es su arteria principal, donde las tiendas y puestos callejeros tupen cada rincón. Aquí se puede encontrar de todo, desde puestos de comida, comercios y tenderetes donde venden ropa y accesorios, hasta tiendas de arte Batik, casas de cambio, restaurantes, cafeterías, etc.
Perderse por las estrechas calles y pararse a ver los espectáculos callejeros es uno de sus mayores atractivos.
Hay algunos museos que podéis visitar, dependiendo del tiempo que tengáis. Pero lo más atractivo es sin duda el Kratón, el palacio del sultán. Nosotras no pudimos conocerlo porque llegamos fuera de horario. Sin embargo, la gente con la que coincidimos durante el viaje nos contó que merecía mucho la pena… ¡¡todo no se puede tener!!. Así tenemos excusa para volver…
Tomamos Yogyakarta como base de operaciones para los siguientes días, dada su proximidad a los templos más importantes de la isla. Éstos son el Templo de Borobudur y el Conjunto de templos de Prambanan.
Para visitar ambos templos, podéis contratar una excursión en alguna agencia o bien llegar por vuestros propios medios si tenéis alquilada una moto o en autobús público. Este último, aunque muy barato, es muy lento y teniendo en cuenta los atascos que se forman quizás no os compense cogerlo. Hay muchísimas agencias, las encontraréis a lo largo de la calle Malioboro o en sus cercanías. También en los hoteles, ¡hay mucha oferta así es que no tendréis problema!.
La excursión que más se ajustaba a nuestra disposición y gustos incluía ir a ver la salida del sol y panorámica con paisaje selvático, transporte a los conjuntos de Borobudur y Prambanan, todo por 150k IDR, y aparte la entrada conjunta a los templos que son 40 dólares (unos 620k IDR). Esta entrada es, en proporción, lo más caro que pagamos en todo el viaje. Así es que nos rascamos un poco el bolsillo y…¡ya teníamos el plan para el día siguiente!.
Amanecer en la selva
La excursión que teníamos contratada incluía ver el amanecer en una de las colinas cercanas al templo Borobudur. Así es que nos levantamos muy temprano y como a las 3.30 am ya estábamos montadas en la furgoneta de camino…Un rato después entre adormiladas y expectantes llegamos al sitio.
Desde el parking empezamos a subir por un camino entre los árboles alumbrado por antorchas. El rocío de la mañana nos despejaba un poco y cuando llegamos arriba cogimos posiciones para ver la salida del sol. Mientras esperábamos a que amaneciese, atentas y en silencio, escuchamos a los pájaros en la lejanía aquí y allá cada vez más sonoros como si despertaran con la primera luz del día. Aunque casi no podíamos ver por la oscuridad empezamos a adivinar que algo grande nos esperaba…Minutos más tarde, se mostró ante nosotros una inmensa selva, bajo la bruma y rodeada de montañas, que poco a poco se iluminó y cobró vida.
Quizá sea porque estábamos casi al comienzo del viaje o porque la belleza del paisaje nos resultaba impresionante pero por unos minutos no hablamos, tampoco el resto del grupo como si algún murmuro temiera romper la magia del momento… Fue un instante único, ¡de estos que te recuerdan por qué nos gusta tanto viajar y vivir experiencias nuevas!.
Tras pasar un rato más mirando el paisaje y haciendo fotos, nos pusimos en marcha, esta vez hacia el templo de Borobudur.
El templo de Borobudur
Para llegar al templo hay que andar desde el parking, que está lleno de tiendas y puestos de comida, siguiendo el camino hasta llegar a las escaleras. El paseo es muy agradable y hay una parte en la que se pasa por debajo de un techo de paraguas de colores muy curioso…una buena introducción a este maravilloso monumento.
El templo de Borobudur es el templo budista más grande del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1991. Además, es una de las mayores atracciones de toda Indonesia tanto para extranjeros como locales.
Construido en piedra entre los siglos VIII y IX, se encuentra situado sobre una colina, por lo que su elevación y gran tamaño, le confieren una imagen grandiosa. El templo fue concebido conforme a la visión budista del cosmos, desde lo más cotidiano, ascendiendo hasta el nirvana.
Como todos los monumentos budistas, es recomendable visitarlo en el sentido de las agujas del reloj. Se pueden recorrer sus tres niveles formados por una base piramidal compuesta por 5 terrazas de base cuadrada, la parte central con tres plataformas circulares y el último nivel formado por una estupa enorme. Si se viera desde el aire, la estructura es similar a un mandala tridimensional. Además, a lo largo de todos los pasillos de los niveles se pueden observar esculturas de buda y tallas en la piedra.
Algo que nos resultó muy curioso es que mucha gente local quería fotografiarse con nosotras. Nos pareció muy gracioso, ¡así es que nos prestamos a ello con gusto!.
Aunque no tuvimos oportunidad de verlo al atardecer, nos comentaron que es espectacular. Lo malo es que a menudo se llena de turistas que buscan la misma instantánea, sobre todo en verano.
Tras disfrutar de este maravilloso templo y de su entorno, nos dirigimos hacia nuestro siguiente destino: el conjunto de Prambanan. Tardamos aproximadamente una hora y media en coche… ¡¡realmente los atascos allí toman otra dimensión!!.
Los templos de Prambanan
Se trata de un conjunto de templos de herencia hindú que, ya desde la lejanía, nos dejaron atónitas…Resulta realmente asombroso ver cómo las enormes torres de piedra negra se alzan majestuosas sobre la verde llanura.
El conjunto de Prambanan, al igual que el del Borobudur, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1991. Se construyó en el siglo IX como obra de la dinastía Sanjaya y es el más grande de los templos dedicados a Shiva en Indonesia. Dentro del conjunto, se alzan los tres templos dedicados a las tres deidades principales del hinduismo: Shiva, Visnú y Brahma.
El conjunto original estaba formado por más de 200 templos de mayor y menor tamaño. En la actualidad la mayoría se encuentran destruidos y es que este tesoro arqueológico vivió sus años de esplendor durante los dos siglos siguientes a su construcción. Tras su abandono, Prambanan se enfrentó a terremotos, guerras y pillaje, cayendo en el olvido hasta finales del siglo XIX cuando fue redescubierto. Sin embargo, no fue hasta 1937 cuando se inició su reconstrucción.
Al igual que ocurrió con el templo de Borobudur, una parte de esta construcción se derrumbó debido al terremoto de 2006. Aún así, su halo de misterio y grandeza han quedado intactos.
Actualmente se pueden ver las piedras apiladas en numerosos montones alrededor de las torres principales. Ojalá algún día podamos regresar a este lugar al otro lado del mundo y ver Prambanan totalmente reconstruido…
En este viaje, no tuvimos más tiempo para poder visitar los templos cercanos a este complejo. Citamos algunos de ellos, como son por ejemplo Candi Sewu o Candi Plaosan. Si tenéis posibilidad de ir, puede ser una buena opción.
Hasta aquí los tesoros arquitectónicos y ciudades visitadas en Java. Nuestra próxima parada…¡los volcanes!.
Información útil
Os dejamos un poco más de información útil de cómo viajar a Indonesia en el enlace;).
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Preciosa y exótica esa parte del mundo siempre atractiva para los Occidentales, menudo trabajo recopilar tantos datos, anotar sitios, nombres, impresiones etc, se agradece vuestro esfuerzo, enhorabuena
Muchas gracias!
Como bien dices es una isla exótica y muy diferente… Nos encanta quedarnos con los momentos y sensaciones que vivimos en cada lugar, es lo más bonito de viajar!!!