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“La ciudad eterna”
Roma, la capital de Italia, es uno de los puntos más visitados del mundo. Conocer “La ciudad eterna” es sin duda una experiencia fascinante. En general varias ciudades italianas son como museos al aire libre y, en este sentido, Roma no resulta una excepción. Sus plazas, fuentes, monumentos e iglesias, junto con la excelente gastronomía y su marcada historia, hacen de este lugar una visita imprescindible. Admirar la belleza de cada rincón, teniendo la verdadera sensación de retroceder en el tiempo, es desde luego un auténtico placer para el viajero.
Varias son las artes que han tenido a la capital italiana como telón de fondo…entre ellas, por supuesto el cine. Podríamos nombrar muchos títulos rodados o ambientados en Roma…pero entre ellos, no pueden faltar “Ladrón de bicicletas” (1948), “La Dolce Vita” (1960) y, más recientemente, la impactante “La Gran Belleza” (2013).
Hemos tenido la oportunidad de estar en Roma un par de veces. Las dos fueron en verano, por lo que padecimos el calor que siempre hace en esta parte en esa época. Cualquier momento es bueno para visitar la bella ciudad italiana pero, si queréis gozar de la temperatura perfecta, la primavera es sin duda el mejor periodo.
Consideramos Roma, por supuesto, una visita totalmente obligada en Europa, una ciudad diferente e impactante.
¿Qué ver en Roma?
Como siempre decimos, el tiempo de estancia en un lugar depende de cada uno. Cuatro o cinco días son suficientes para conocer lo más representativo de la capital italiana….pero sin duda nos encontramos ante una ciudad en la que podríamos estar hasta dos semanas admirando todas las atracciones que ofrece. A continuación os hablamos de los puntos imprescindibles que no os podéis perder en vuestra visita.
La Fontana di Trevi
Es indiscutiblemente uno de los símbolos de la ciudad y el que más turistas atrae. Constituye una de las mayores fuentes monumentales del Barroco en Roma. Ha salido en varias películas y siempre será uno de los puntos más emblemáticos de la capital italiana. Durante los últimos años se vio sometida a varios procesos de restauración, luciendo hoy en día en su máximo esplendor.
Una leyenda tradicional sostiene que los visitantes que arrojan una moneda a la fuente aseguran su regreso a Roma. Una interpretación actual es que, además, dos monedas llevan a un nuevo romance y tres aseguran un matrimonio o un divorcio. Otra versión de esta leyenda es que trae suerte arrojar tres monedas con la mano derecha por encima del hombro izquierdo a la fuente. Se desconoce si hay informaciones fidedignas que avalen mínimamente tales leyendas, pues podrían acabar desvirtuadas y relegadas por la decepción al olvido….lo que está claro es que todos creemos en ellas….¡pues seguro que habéis arrojado alguna moneda a la fuente!.
El Coliseo
Es otro de los puntos que representan a la ciudad. El Coliseo o Anfiteatro Flavio es un anfiteatro de la época del Imperio romano, construido en el siglo I y ubicado en el centro de Roma. Su denominación original, Anfiteatro Flavio, hace referencia a la dinastía Flavia de emperadores que lo construyó. Su nombre posterior, Coliseo, y por el que es más conocido en la actualidad, se debe a una gran estatua que había cerca, el Coloso de Nerón, que no ha llegado hasta nosotros.
Por su conservación e historia, el Coliseo es uno de los monumentos más famosos de la Antigüedad clásica. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1980 por la Unesco y una de Las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno el 7 de julio de 2008.
No solo el exterior, sino también el interior, resultan una auténtica maravilla.
El Arco de Constantino
Construido a partir de piezas de edificios anteriores, el Arco de Constantino es el más moderno de los arcos de triunfo que se realizaron en la antigua Roma. Tiene una altura de 21 metros, una anchura de 25 y está compuesto a su vez por tres arcos. Se encuentra situado cerca del Coliseo.
El Palatino
Ubicado a 40 metros de altura sobre el Foro Romano, el Monte Palatino es la más céntrica de las siete colinas de Roma y compone una de las partes más antiguas de la ciudad.
Cuenta la mitología romana que la cueva en la que vivía Luperca, la loba que cuidó de Rómulo y Remo, se encontraba situada en el Monte Palatino. Según la leyenda, cuando los hermanos crecieron decidieron formar una ciudad a orillas del río pero, al no ponerse de acuerdo en algunos puntos de la decisión, Rómulo mató a Remo y fundó la ciudad de Roma.
En el Monte Palatino hay varias atracciones que visitar. Es un lugar muy agradable para recorrerlo con calma, paseando bajo la sombra de los árboles mientras se recorren muchos de los rincones que se conservan de la antigua Roma.
El Circo Máximo
Los circos romanos constituían las instalaciones lúdicas más importantes de las ciudades romanas, además de los teatros y anfiteatros. Se trataba de un recinto alargado en el que se celebraban los juegos públicos, consistentes en carreras de carros y diferentes espectáculos.
El Circo Máximo de Roma (Circo Massimo), situado entre los montes Aventino y Palatino, era un recinto alargado con espacio para 300.000 espectadores. La pista de arena, con unas dimensiones de 600 metros de longitud y 225 metros de anchura, hacía del Circo Máximo el mayor de Roma, por delante del Circo Flaminio y el Circo de Majencio.
Actualmente apenas quedan restos de lo que fue el Circo Máximo, tan sólo se puede observar la enorme explanada que conserva la forma que tuvo en su día el recinto, lo cual suele provocar decepción en los turistas que lo visitan tratando de encontrar al menos las ruinas del recinto.
El Vaticano
El Vaticano es por supuesto uno de los puntos fuertes e imprescindibles de la visita a Roma. De hecho, la Ciudad del Vaticano, oficialmente Estado de la Ciudad del Vaticano o simplemente El Vaticano, es un Estado soberano sin salida al mar, cuyo territorio consta de un enclave dentro de Roma. Es uno de los seis microestados europeos. En este enlace tenéis lo fundamental que visitar allí.
El Panteón de Agripa
El Panteón de Agripa o Panteón de Roma es un antiguo templo romano, en la actualidad una iglesia, situado en el lugar de un anterior templo encargado por Marco Agripa durante el gobierno de Augusto. Fue terminado por orden del emperador Adriano y dedicado alrededor del año 126. Su fecha de construcción es incierta porque Adriano optó por no inscribir el nuevo templo, sino que conservó la inscripción del templo más antiguo que se había quemado.
El nombre procede del griego pantheion, que significa «todos los dioses». La mayoría de autores latinos emplean la forma griega Pantheon.
El Panteón es sin duda una de las visitas imprescindibles en Roma. En el interior del monumento se encuentra la tumba de Rafael.
Las plazas
Roma cuenta con algunas plazas impresionantes, os iréis topando con ellas en vuestro recorrido. En este enlace tenéis información de las más importantes.
Las iglesias
Como toda ciudad italiana, Roma también posee de las mejores iglesias del país. En este enlace encontraréis una selección de las más destacadas.
El Trastevere
Es uno de los barrios más famosos y bonitos de la ciudad, repleto de rincones llenos de encanto, tiendas artesanales y tabernas con aire bohemio. ¡Un auténtico imprescindible!. Puede ser una buena zona para vuestro alojamiento.
Un plan estupendo es ir allí a cenar, tras las visitas del día. El Trastevere ofrece muchísimos restaurantes, ¡os costará elegir!. Además, en el centro del barrio se encuentra la bonita Basílica de Santa María en Trastevere, otro de los lugares que no os podéis perder.
El Foro Romano
El Foro Romano representa el centro neurálgico de la antigua Roma. En el él se desarrollaba la vida pública, cultural y económica de la época republicana y el Imperio.
Al finalizar el Imperio, el Foro Romano se dejó en el olvido y poco a poco quedó enterrado. Aunque en el siglo XVI ya se conocía la existencia y la ubicación del Foro, no fue hasta el siglo XX cuando se realizaron las excavaciones.
Caminar por el foro es uno de los puntos mas interesantes e imprescindibles de la visita a Roma. La Vía Sacra es la arteria principal, pero además encontraréis templos, arcos, etc…
El Castillo de Sant’Angelo
Conocido como Mausoleo de Adriano, el Castillo Sant’Angelo es una fortaleza situada en el margen derecho del río Tíber, a escasa distancia de la Ciudad del Vaticano.
La construcción del edificio comenzó en el año 135 bajo las órdenes del emperador Adriano, que pretendía utilizarlo como mausoleo para él y su familia. La edificación concluyó en el año 139. En el año 590, mientras una gran epidemia de peste devastaba la ciudad, el Papa Gregorio I tuvo una visión del Arcángel San Miguel sobre la cima del castillo, anunciando el fin de la epidemia. En recuerdo de la aparición el edificio se encuentra coronado por la estatua de un ángel. Además, posteriormente, en el siglo XIII, se construyó un corredor fortificado de 800 metros de longitud que conectaba el castillo con la Ciudad del Vaticano.
El castillo por supuesto es espectacular, pero en nuestra opinión, visitar el interior no merece mucho la pena. Encontraréis salas más bonitas en cualquiera de los museos de la ciudad.
El Mercado de Trajano
Construido entre los años 100 y 110 d.C., el Mercado de Trajano es el primer centro comercial cubierto de la historia. Acoge en la actualidad el Museo de los Foros Imperiales. Fue construido entre los años 100 y 110 d.C., en ladrillo, y estaba formado por seis plantas a lo largo de las cuales se distribuían más de 150 locales comerciales.
Aunque no goza de tanta fama como el Coliseo, el Mercado de Trajano conserva una importante parte de su aspecto original y constituye una visita realmente interesante.
Las Termas de Caracalla
Las termas eran uno de los pasatiempos preferidos de los romanos, que acudían a ellas con regularidad tanto para mantener su higiene, como para mejorar sus relaciones sociales.
Construidas entre los años 212 y 216 bajo el mandato de Marco Aurelio Antonino Basiano, más conocido como el emperador Caracalla, las Termas de Caracalla fueron uno de los mayores y más espectaculares centros termales de la antigüedad.
Tras permanecer en funcionamiento durante más de trescientos años, dejaron de utilizarse de forma obligada en el año 537 cuando los acueductos que abastecían de agua a la ciudad fueron destruidos por los bárbaros. Las esculturas y materiales valiosos que decoraban las termas fueron saqueados y, posteriormente, en el año 847 un terremoto sacudió el edificio destruyendo parte de él.
Los Museos Capitolinos
Los Museos Capitolinos (Musei Capitolini) están situados en la Plaza del Campidoglio y constituyen el principal museo municipal de Roma.
El museo está compuesto por dos imponentes edificios: el Palacio de los Conservadores (Palazzo dei Conservatori) y el Palacio Nuevo (Palazzo Nuovo). Ambos edificios están unidos por medio de la Galleria Lapidaria, un paso subterráneo que atraviesa la plaza sin necesidad de salir de los museos. Ofrecen una impresionante colección de obras pictóricas y escultóricas romanas expuestas para el deleite del visitante. Una visita imprescindible.
La Galería Borghese
La Galería Borghese, situada en los jardines de la Villa Borghese, es uno de los museos de arte más reputados del mundo. La galería expone gran parte de la colección iniciada por el cardenal Scipione Borghese (sobrino del papa Pablo V), entre 1576 y 1633. Allí encontraréis importantes obras de artistas de gran renombre, como Tiziano, Rafael, Caravaggio, Rubens o Botticelli.
La Galería Borghese es uno de los mejores museos del mundo y su visita es prácticamente obligada. No os defraudará.
Debido a la gran cantidad de turistas que acuden al museo, sólo es posible conocerlo con reserva previa, que puede hacerse tanto por teléfono como por internet. Es recomendable realizarla con varios días de antelación, ya que es un lugar bastante concurrido.
Las Catacumbas
Las Catacumbas son galerías subterráneas que fueron utilizadas como lugar de sepultura durante varios siglos. Los enterramientos de los ciudadanos paganos, judíos y los primeros cristianos de Roma en las catacumbas comenzaron a realizarse en el siglo II y no se verían finalizados hasta el siglo V.
En Roma existen más de sesenta catacumbas compuestas por cientos de kilómetros de galerías subterráneas, que alojan miles de tumbas. En la actualidad sólo se encuentran abiertas al público cinco de ellas: San Sebastián, San Calixto, Domitila, Priscila y Santa Inés. Como no es fácil llegar hasta ellas, reservar una visita incluyendo transporte es la mejor opción para ir.
Transporte en Roma
Como siempre decimos, recomendamos caminar todo lo que se pueda para conocer las ciudades europeas y Roma no es un excepción. Veréis que hay cuestas, calzada romana y muchas…pero muchas motos…¡hay que tener cuidado al cruzar!. Aún así, andando es la mejor manera de conocer la ciudad. Solo algunos puntos de los que hemos comentado están algo alejados del centro, pero siempre tenéis la posibilidad del transporte público. Esta red, en Roma, si bien no es de las más extensas ni puntuales, es bastante cómoda y económica. La capital italiana cuenta con los siguientes transportes:
- Metro. El más pequeño de Europa pero llega a casi todos los puntos de interés. Se complementa con los trenes suburbanos, están gestionados por la misma empresa
- Autobuses. Una red muy amplia, con 350 líneas
- Tranvía. No es muy recomendable ya que no circula por el centro
- Taxi. Los taxistas romanos tienen gran fama de estafadores…así que os recomendamos que utilicéis este medio lo menos posible
Hay distintos tipos de billetes y abonos turísticos, que se compran en las máquinas del metro, estancos y kioskos.
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