Halifax, una ciudad joven y llena de vitalidad

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“Warden of the North”

Halifax es una ciudad con marcada presencia naval. Además, es la capital de la provincia de Nueva Escocia y el centro económico de las provincias atlánticas canadienses.

Se ubica en una de las bahías naturales más grandes del mundo. Su puerto tiene una gran importancia tanto comercial como en el ámbito militar, siendo un punto estratégico. Dado su histórico papel militar se le conoce como “Warden of the North” («Guardián del Norte», para los amantes de JdT sabemos lo que estáis pensando… y por el frío que debe de hacer en invierno, ¡el nombre le viene al pelo!).

Debido a su historia y tradiciones, Halifax tiene también cierto parecido a la ciudad escocesa de Edimburgo, con sus casas de estilo victoriano.

Nosotras viajamos en el mes de septiembre y coincidimos en que es uno de los mejores momentos para visitar esta animada ciudad.

Una breve reseña a la historia de Halifax

La ciudad de Halifax fue fundada por los colonos británicos en 1749. Encabezados por Edward Cornwallis, el asentamiento pronto pasó a ser llamado Halifax, en honor a George Dunk, conde de Halifax.

En 1828 se iniciaron las obras del fuerte sobre la colina que acabaría siendo la Ciudadela. De este modo, Halifax se convirtió en un bastión tanto militar como naval. Además, su situación es estratégica ya que es el puerto más oriental de América del Norte. Esta condición fue utilizada posteriormente hasta la Segunda Guerra Mundial.

Un hecho que marcó sin duda a la ciudad de Halifax fue el relacionado con uno de los desastres marítimos más sonoros de la historia. El 5 de Abril 1912 el crucero trasatlántico conocido como “El Titanic” chocaba contra un iceberg y se hundía en las frías aguas del Atlántico. Tras el accidente la atención se centró en Nueva York, el punto al que se trasladó a los supervivientes. Sin embargo, los barcos para recuperar los cadáveres fueron enviados desde Halifax. Pasó, de este modo, a ser parte de la historia del Titanic y hoy en día se pueden ver en la ciudad muchos tributos al famoso accidente.

Años más tarde, se produjo otro de los acontecimientos más conocidos de esta ciudad, la llamada “Explosión de Halifax”. En Diciembre de 1917, la Primera Guerra Mundial había traído gran actividad a la zona y la población se había incrementado en las áreas cercanas al puerto. Continuamente atracaban y partían buques tanto militares como mercantes. El día 6 de Diciembre, se produjo un choque entre el buque de carga francés SS Mont-Blanc, cuyas bodegas estaban llenas de explosivos de guerra, y el barco de vapor noruego SS Imo. El choque provocó el incendio a bordo y finalmente el enorme estallido, que alcanzó tal magnitud que arrasó gran parte de la ciudad.

La ciudad de Halifax

Esta ciudad, con marcado ambiente universitario, se encuentra llena de vitalidad. Pasear por sus calles entre las casas de estilo victoriano, ir de compras por el centro, cenar en algún restaurante cerca del muelle o tomar algo mientras escucháis música en directo son sólo algunos de los planes que podéis hacer en Halifax.

Los lugares más interesantes para visitar son los siguientes.

La Ciudadela de Halifax

Situada en una colina desde la que se ve gran parte de la ciudad. Este fuerte militar sirvió antaño para protegerla de los invasores. Hoy en día, se ha convertido en un museo de la historia de Halifax. Está muy bien ambientado con cambio de guardia incluido, mobiliario de la época y ¡hasta algún disparo!.

El Old Town Clock

Se encuentra muy cerca de la Ciudadela y es uno de los símbolos de la ciudad. Este reloj fue un regalo del Príncipe Edward, Duque de Kent y Comandante en Jefe de las colonias Británicas en América del Norte, en 1803.

El Old Town Clock, Halifax

El Old Town Clock, Halifax

El Old Town Clock, Halifax

Vista desde la colina, Halifax

El Museo Marítimo del Atlántico

Tiene gran cantidad de barcos, desde algunos de madera de pequeño tamaño hasta buques de guerra. Si os gusta o tenéis curiosidad por la historia naval, lo disfrutaréis seguro. Además, incluye una sección dedicada al Titanic, así como a la explosión de 1917 que arrasó gran parte de la ciudad.

El Pier 21

Reconocido como sitio histórico nacional de Canadá, se trata del muelle a través del cual llegaron más de un millón de inmigrantes al país. Hoy en día es un Museo moderno y muy entretenido.

Los jardines públicos de Halifax

Estos jardines de estilo victoriano con sus elegantes puertas de hierro forjado, estanques y el famoso quiosco de música es uno de los mayores atractivos de la ciudad. Se puede visitar desde primavera hasta el otoño.

Jardines públicos de Halifax

La basílica Catedral de St. Mary

Es una catedral católica de estilo renacentista gótico. Con su silueta blanca y puntiaguda está construida en granito y se puede ver desde muchos puntos de la ciudad.

La basílica Catedral de St. Mary

La basílica Catedral de St. Mary, desde una calle de Halifax

El cementerio Fairview Lawn

Es donde se encuentran enterradas todas las víctimas del Titanic. Las tumbas no tienen nombre, solo la fecha de la tragedia… Siempre impresionan los cementerios, hay una especie de halo que rodea el lugar. Al menos, es un bonito tributo por las víctimas del desafortunado hundimiento. Si os apasiona la historia del Titanic es una buena visita.

El paseo marítimo

Sin duda, éste es uno de los grandes atractivos de Halifax, aquí se concentra toda la esencia de esta ciudad. Pasear por los tablones de madera junto al mar y acabar tomando una cerveza o cenando en alguno de sus restaurantes y bares es todo un plan. Además, si el tiempo acompaña suele haber músicos tocando, por lo que es una zona muy animada. En ocasiones la niebla sale rápidamente del mar y se mete en el paseo, lo que también le da su toque de encanto.

Peggys Cove

Si tenéis la oportunidad de visitar los alrededores de Halifax, no podéis perderos la visita al faro de Peggys Cove.

Peggys Cove es un famoso pueblecito pesquero y constituye como se suele decir un must. El lugar parece de cuento aunque es muy turístico. Si podéis escapar de las horas y épocas con más visitantes, disfrutaréis de un paisaje precioso.

La ensenada de granito y su faro rojo y blanco emanan tranquilidad y encanto. El faro de Peggys Cove tiene tan solo 15 m de alto, pero se ha convertido en un icono de la región.

Tumbarnos en las rocas, con el faro a nuestra espalda y el vasto océano delante fue una experiencia de lo más agradable.

En nuestro caso fuimos en coche desde Halifax bordeando por la costa. Un plan que podéis hacer es comprar o llevar algo de comer y después de visitar el pueblecito y el faro, parar a comer en algún punto de la costa. Estaréis prácticamente solos y el paisaje merece la pena.

Transporte en Halifax

La ciudad de Halifax no es excesivamente grande, por lo que todos los puntos de interés se pueden recorrer andando. Es buena idea alquilar un coche para poder moverse por la zona y conocer otros lugares en los alrededores.

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