Gran Canaria: Zona Norte

Contenido

5/5 - (1 voto)

«Explorando el norte de Gran Canaria»

La isla de Gran Canaria ofrece una gran diversidad. Como otras en el archipiélago, posee preciosos contrastes. La zona norte es claramente aquella donde podréis hacer más turismo cultural y visitar las localidades más importantes de la isla, además de su capital, Las Palmas. En los siguientes apartados os contamos un poco sobre lo que podéis ver y hacer en esta zona norte. 

Arucas

Es quizás uno de los puntos más importantes de la isla. Conforme nos vamos acercando a esta localidad, lo primero que se ve son las torres de la Iglesia de San Juan. Este templo gótico, erróneamente llamado Catedral, fue construido entre 1901 y 1977, según el proyecto de Manuel Vega March. Además de las vidrieras y el retablo, en su interior destaca el Cristo Yacente, una imagen del escultor isleño Manuel Ramos. 

En la Plaza de la Constitución se encuentra el Ayuntamiento Viejo, construido por José Antonio López de Echegarreta en 1875 y reconstruido en 1932.

En el otro lado de la plaza se hallan los frondosos jardines municipales, donde crecen pinsapos (quillaja saponaria) y otros árboles tropicales. Rodea el parque la calle de la Heredad, donde se encuentra uno de los edificios más bellos de Arucas, la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, de 1908, que es sede de la mancomunidad de aguas para el regadío. Durante la segunda mitad del siglo XIX y los primeros años del siglo XX, a raíz de la construcción de un sistema de riego por parte de la Heredad, la ciudad adquirió su forma actual.

En 1884, se construyó en Arucas la fábrica de ron más grande del archipiélago. En ella hay un museo dedicado a la historia y los métodos de destilación de esta bebida. Cerca de la fábrica se halla la Ermita de San Pedro (siglo XVIII). 

A unos 1.5 km al norte de Arucas se encuentra la localidad de Montaña de Arucas, en cuyo punto más alto hay un restaurante con un mirador desde donde se contempla la ciudad y el resto de la isla. 

Firgas

Firgas en un municipio rico en agua mineral con gas. Ésta brota de un manantial situado a 5 kilómetros de la ciudad, en el barranco de la Virgen, del cual se llenan 200.000 botellas al día. El agua de Firgas es muy conocida en todo el archipiélago. 

En Firgas, localidad que celebró su 500 aniversario en 1988, merece la pena visitar el Paseo de Gran Canaria. A ambos lados de esta avenida se trazaron en 1995 una serie de pasajes con cascadas de agua. Los muros encalados de las casas circundantes lucen coloridos escudos. Junto a las viviendas hay bancos con respaldos decorados con paisajes o símbolos históricos de la isla.

La parte más alejada del paseo, por encima de la Plaza de San Roque, está cubierta con enormes mosaicos con mapas y vistas de las distintas islas, en lo que puede considerarse una curiosa lección de geografía del archipiélago. Es el Paseo de Canarias. Más adelante aún ondean las banderas de todas las islas. 

El Molino de Gofio, del siglo XV, y la fuente, del siglo XIX, fueron restaurados en 1988. En diversas partes del pueblo se pueden ver esculturas modernas, como una curiosa estatua de un campesino con una vaca rosa. 

Moya

A través de valles volcánicos, por una carretera con innumerables giros y curvas, se llega a Moya, una pequeña localidad apartada de las principales rutas turísticas. El lugar merece la pena por su iglesia neorrománica, construida en la primera mitad del siglo XX. El templo destaca por sus dos torres y por hallarse ubicado en el borde del barranco de Moya, un precipicio atravesado por abruptas hendiduras.

Moya fue el pueblo natal del poeta modernista canario Tomás Morales. La casa en la que nació y vivió fue convertida en 1976 en la Casa Museo de Tomás Morales. En sus habitaciones se exponen fotografías, manuscritos, las primeras ediciones de sus obras y otros objetos relacionados con el poeta. Asimismo, el museo organiza exposiciones de arte contemporáneo. Junto a la entrada del cementerio subterráneo cercano, típico de las islas, se alza una gran cruz de piedra en homenaje a las víctimas de la Guerra Civil.  

Casa Museo de Tomás Morales, en Gran Canaria

Santa María de Guía de Gran Canaria

El edificio histórico más destacable de esta localidad es la Iglesia Santa María de Guía, que se alza sobre los cimientos de una capilla construida entre 1483 y 1509. Algunas partes de esta iglesia de 3 naves se remontan al siglo XVII. La fachada, en cambio, no se completó hasta mediados del siglo siguiente.

Guía fue el pueblo natal de José Luján Pérez (1756-1815), en vida el imaginero más famoso de Canarias. De él se conservan en la iglesia las tallas de Nuestra Señora de las Mercedes y de San Sebastián. Sin embargo, Guía es famoso sobre todo por su queso de flor, elaborado con leche de vaca y de oveja y cardo. La alcachofa es la que da al queso su peculiar sabor y pretende que éste se mantenga graso durante mucho tiempo. 

A unos 5 km al este de Guía se encuentra el Cenobio de Valerón, un conjunto de unas 300 cuevas distribuidas en varios niveles de un acantilado. Estas grutas se utilizaban para almacenar grano y para celebrar ceremonias religiosas. En la cultura guanche algunos individuos pasaban varios años en soledad en estas cuevas al servicio del dios Abor. Con ello se buscaba la protección divina.

Gáldar

En la base del pico de Gáldar se halla la localidad del mismo nombre, una ciudad de mediano tamaño que fue en su día el centro de la civilización guanche. Los restos de la antigua corte de su rey (guanarteme), fueron destruidos, al igual que una pequeña fortaleza española, para levantar la Iglesia de Santiago de los Caballeros. El arquitecto Antonio José Eduardo fue el responsable de esta enorme iglesia neoclásica de tres naves. Las obras comenzaron en 1778 y no finalizaron hasta la mitad del siglo XIX. 

Dentro del templo se encuentra la Pila Verde, traída desde Andalucía a finales del siglo XV, donde, desde entonces, han sido bautizados los vecinos de Gáldar. También son dignas de mención las imágenes de Cristo y la Virgen María, ambas de Luján Pérez. En la plaza, frente al Ayuntamiento, crece el drago más antiguo de Gran Canaria, que fue plantado en 1719.

Drago de Gáldar

En Gáldar también podréis visitar la Cueva pintada, descubierta en 1873, que debe su nombre a las pinturas rupestres de formas geométricas descubiertas en ella. Tras los trabajos de conservación, realizados entre 1970 y 1974, la cueva se cerró para evitar que las pinturas fueran dañadas por la humedad. Hoy en día se puede visitar el parque Arqueológico de la Cueva Pintada, inaugurado en 2003, que cuenta con un museo, una biblioteca y un restaurante. En el Museo Canario de las Palmas de Gran Canaria, hay una réplica de la cueva. 

Parque Arqueológico de la Cueva Pintada

Túmulo de la Guancha y Punta Sardina

A unos 2 km al norte de Gáldar, se encuentra el Túmulo de la Guancha, unos enterramientos de finales del siglo XI descubiertos en 1936 mientras se realizaban labores agrícolas. Esta necrópolis está compuesta por 30 tumbas circulares construidas con grandes bloques de lava. En ellas fueron enterrados los miembros de la familia real de los Andamanas, que gobernaban en esta parte de la isla. A 6 km al este, entre altos acantilados, se localiza el pueblo pesquero de Punta Sardina, que posee una bonita playa de arena dorada con aguas cristalinas y excelentes mariscos. 

Faro de Punta Sardina

Agaete

La pequeña localidad de Agaete se halla en la parte noroccidental de la isla, al final del escapado barranco de Agaete, en cuyas laderas se cultivan plátanos, papayas, aguacates y mangos. Sus calles estrechas y sus casas, rodeadas de vegetación, han atraído a numerosos artistas, que han convertido las casas y garajes de pueblo en galerías de arte. A pesar de su antigüedad (en 1981 celebró su 500 aniversario), Agaete cuenta con muy pocos edificios históricos. El más antiguo es la iglesia, que data de la segunda mitad del siglo XIX. Hay también un bonito jardín botánico, el pequeño Huerto de las Flores, que contiene más de cien especies canarias y subtropicales. 

Puerto de las Nieves

A unos 2 km al oeste de Agaete se encuentra el pequeño Puerto de las Nieves, de donde parten los transbordadores a Santa Cruz de Tenerife. Escondido bajo unos enormes acantilados, este pintoresco pueblo de pescadores es cada vez más turístico. Los visitantes llegan hasta aquí atraídos por sus tiendas de artesanía, galerías y marisquerías. Alrededor del puerto se han construido bloques de apartamentos.

El floreciente pasado de Puerto de las Nieves queda reflejado en la suntuosa decoración de la Ermita de las Nieves, una capilla del siglo XVI. Contiene una colección de maquetas de barcos de vela y un tríptico de la Virgen de las Nieves, obra del notable pintor flamenco Joos van Cleve (1485-1540). En agosto, con ocasión de la Fiesta de la Rama, el altar de la capilla es llevado en procesión hasta la cercana iglesia de Agaete.

Teror

Teror es sin duda uno de los puntos más importantes de la isla y cuya visita no os podéis perder. Nos gustó mucho. En este enlace tenéis toda la información.

Tafira Alta

Situado entre altas colinas, Tafira Alta es un bonito pueblo residencial compuesto por bellos chalés rodeados de jardines. El conjunto, donde conviven distintos estilos, conserva el aire colonial de sus orígenes. Muchas de las casas están inspiradas en la arquitectura árabe o en el estilo Bauhaus. No es de extrañar que Tafira Alta sea uno de los lugares favoritos de la elite económica de Las Palmas de Gran Canaria y de los extranjeros pudientes. 

A principios del siglo XX se construyeron aquí varios elegantes hoteles. Uno de ellos, Los Frailes, fue el lugar de reunión elegido por los seguidores del general Franco para planear el derrocamiento del Gobierno republicano en 1936. 

El Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo

El Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo (1731-1813), situado en los alrededores de Tafira Alta, toma su nombre del escritor Viera y Clavijo (1731-1813), autor del Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias. Este jardín fue creado en 1952 por el sueco Eric Sventenius (1910-1973), que lo dirigió hasta su muerte. En él crecen en su habitat natural gran variedad de plantas procedentes de todas las islas del archipiélago canario. Así, se encuentran distribuidos por terrazas la palmera canaria, el pino canario, el brezo y otras especies autóctonas. A éstas hay que añadir plantas de las Azores, Madeira, Cabo Verde y otras zonas, así como 2.000 cactus.  

Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo

Información adicional

Además, otra de las cosas de las que podréis disfrutar en el norte de la isla, es de sus piscinas naturales…y es que por toda la zona hay bastantes lugares muy bonitos para refrescarse. En este enlace os dejamos más información.

Marcar el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *